La presidenta Laura Chinchilla afirmó ayer que le simpatiza mucho la idea de eliminar las juntas directivas de las instituciones autónomas, sugerida en el informe de la comisión de notables sobre gobernabilidad.
Según aseveró la mandataria, algunos de estos grupos directivos se han convertido en “verdaderos feudos” a causa de la forma en que se han organizado o por la manera en que las instituciones que dirigen fueron concebidas.
Chinchilla puso el ejemplo del Fondo Nacional de Becas (Fonabe), órgano del Ministerio de Educación cuestionado esta semana por haber tenido en el 2011 un superávit de ¢3.800 millones.
“¿Cómo es posible que un órgano de un rango relativamente pequeño y bajo, como es Fonabe, que no es más que una institución desconcentrada, cueste tanto que atienda las urgencias que ya el Ejecutivo le ha planteado?”, cuestionó la presidenta.
Chinchilla también argumentó que, en otras instituciones, se conformaron directivas en que “distintos gremios y sectores quisieron tener una tajada en las decisiones”.
“Entonces lo que ha pasado es que hemos corporativizado el proceso de toma de decisiones de esas instituciones. En el fondo, pareciera que a veces han perdido de vista que tiene que atender el interés público y más bien atienden intereses corporativos.
Como ejemplo de esos casos, puso al Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), la Junta de Desarrollo de la Zona Sur (Judesur) y, en su momento, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), aunque sostuvo que la directiva de esa entidad trabaja de buena manera.
Además, Chinchilla dijo que existe una cifra “abultada, impresionante” de instituciones desconcentradas. Dijo que el Ministerio de Cultura, por ejemplo, tiene numerosos órganos desconcentrados como los teatros Nacional y Melico Salazar, y los museos, y cada uno tiene su propia directiva.
“La preguntas es: ¿mejoran esas juntas directivas la gestión? ¿Cuánto cuestan al país? Ameritan la revisión”, puntualizó..
Cuestan dinero. ¿A las juntas directivas les ponemos cuenta regresiva entonces?, se le preguntó a la mandataria. Ella respondió: “Yo quiero decirle que yo, digamos, tiendo a sentir mucha simpatía con esa recomendación”.
”Hay instituciones de instituciones; no a todas se les puede aplicar quizá la misma regla, pero están abultando bastante el sector público, algunas de ellas no son estrictamente necesarias en términos de una adecuada gestión de sus instituciones y, además, nos cuestan plata”, agregó.
Tres de los seis miembros de la comisión de notables propusieron eliminar las juntas directivas de las autónomas y, en su lugar, darle la máxima jerarquía a los presidentes ejecutivos con las gerencias que sean necesarias.
La propuesta la hicieron Vladimir de la Cruz, Manrique Jiménez y Fabián Volio. Se opusieron Francisco Antonio Pacheco, Rodolfo Piza y Constantino Urcuyo.
De la Cruz, Jiménez y Volio también recomendaron eliminar la “Ley del 4-3” (de 1970), que se utilizaba para repartir puestos directivos entre Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana.
Chinchilla dijo que esa ley “obedeció a una época que difícilmente volverá a nuestro país, que fue el bipartidismo”. Sobre apoyo para eliminar esa ley, resaltó la coincidencia que tiene con el excandidato del PAC, Ottón Solís.
Al consultarle si los gobiernos perderían una moneda de cambio en la negociación política, como hizo este Gobierno cuando acordó una agenda con el Movimiento Libertario a cambio de puestos en directivas, sostuvo que no duda de que hay otras maneras de llegar a acuerdos.