California AP Desde que cautivó al mundo con su acrobático aterrizaje, el explorador Curiosity ya se hizo de una rutina: avanza, toma fotografías, elude peñascos, levanta tierra y repite cada operación.
Su objetivo para este 2013 será subir una montaña de Marte, recorrido que podría llevarle una buena parte del año.
En el itinerario original, el robot debía salir antes del 1.° de enero, pero se demoró en una parada de reabastecimiento. Ahora, la sonda de la NASA se encaminará al monte Sharp en febrero, después de perforar su primera roca.
El viaje ocurre en medio de grandes expectativas. El robot se dirige al cráter Gale donde se eleva un pico de 4,8 kilómetros con intrigantes capas de roca.
La misión del Curiosity es averiguar si el sitio tuvo alguna vez las condiciones ambientales para que subsistieran microbios.
Los científicos ya saben que en el pasado hubo agua gracias a que el explorador descubrió un viejo cauce.
Lo que faltan son los “ladrillos” químicos que construyen la vida: moléculas complejas basadas en carbono. Si estas se preservan en Marte, se cree que el mejor lugar para encontrarlas es la base del monte Sharp, donde imágenes tomadas desde el espacio revelan pistas de una interesante geología.
Será un viaje de seis meses si el Curiosity no se detiene. Sin embargo, como los científicos quieren comandar el explorador de seis neumáticos para descansar y examinar el suelo rocoso en el camino, podría convertirse en una odisea de nueve meses.
Antes de ir a la montaña, todavía hay cosas que hacer. Aparte de medir la atmósfera, el Curiosity deberá elegir una roca para perforar y descifrar su conformación química, ejercicio que podría tomar al menos un mes.