Ya Santiago Ramírez perdió la cuenta. Simplemente, no recuerda cuántas veces le han dicho: “Nosotros le llamamos”.
Ramírez, de 56 años y vecino de Turrialba, Cartago, forma parte del 21% de los costarricenses que, de acuerdo con la última encuesta de la empresa Unimer para La Nación , afirman que la falta de empleo es su principal desvelo.
La otra preocupación que gana terreno y saca canas es el alto costo de la vida, que acongoja al 17% de la población consultada.
Ambos temas inquietan con mayor intensidad a la población de nivel socioeconómico bajo. A 25 de cada 100 personas en esa condición les preocupa el desempleo y cómo llevar comida a la casa.
La encuesta fue realizada entre el 24 de enero y el 4 de febrero pasados, mediante consultas a 1.200 ciudadanos en sus casas en todo el territorio nacional. El estudio tiene un margen de error de 2,8 puntos porcentuales.
Edad productiva. La posibilidad de amanecer sin trabajo o de no encontrarlo atormenta más a las personas de entre 30 y 49 años. Según la encuesta de Unimer, esta situación es lo más preocupante para 25 de cada 100 consultados de ese grupo poblacional.
Santiago Ramírez sobrepasó este rango de edad hace unos años. Él considera que tener más de 50 años es, precisamente, una situación que le resta oportunidades de conseguir empleo.
“Tengo un gran problema, a los empleadores no les interesa la calidad del trabajo, la honradez o la responsabilidad. Hay mucha diferencia en una persona de la edad mía con una persona de 18 a 20 años”, sostuvo Ramírez.
De acuerdo con la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), para el último trimestre del 2012 el desempleo se mantenía en un inamovible 10% en el país.
Más que la inseguridad. Contrario a lo que ocurre con el desempleo y el costo de vida, el último estudio de Unimer confirma que la inseguridad viene cediendo terreno entre las principales preocupaciones de los costarricenses.
El temor ocasionado por la criminalidad llegó a su punto más bajo desde junio del 2009. En aquella ocasión, esta era la mayor inquietud para casi la mitad (48%) de los entrevistados.
A partir de ese momento, los siguientes estudios empezaron a mostrar una tendencia hacia la baja. Tres años y medio después, solo el 18% de los entrevistados considera que la inseguridad es su mayor preocupación.
Dentro de este segmento de la muestra, un 40% tiene un nivel socioeconómico medio.
Los otros males. Detrás del desempleo, el costo de vida y la inseguridad, la corrupción ocupa la cuarta casilla entre las preocupaciones más mencionadas en la encuesta de Unimer. Un 12,3% de los entrevistados señaló este tema como su mayor inquietud.
Luego, en orden descendente, se colocan el mal estado de la economía del país (9,3% de los consultados) y la pobreza (6,5%).
Sumado a estas percepciones, la consulta también muestra un estancamiento en el pesimismo de los ticos con respeto al futuro del país.
Al igual que en un estudio realizado en octubre del 2012, la mitad de los ciudadanos aseguran estar más pesimistas que antes con respecto al mañana.
Entre tanto, las personas que afirman estar ahora “más optimistas” bajaron de un 13% en el anterior estudio a un 9% ahora.
Los pobladores del nivel socioeconómico alto son los más extremos en sus opiniones pues, por un lado, son los más optimistas pero también los más pesimistas.
Santiago Ramírez, el personaje de este artículo, también refleja ese pesimismo. Sin embargo, eso no le quita la esperanza de conseguir trabajo a pesar de su edad y su falta de luces académicas.