Las esferas de piedra precolombina de Costa Rica dejaron de gatear y ahora caminan hacia la meta de ser declaradas patrimonio mundial de la humanidad.
La presidenta de la República, Laura Chinchilla, anunció ayer que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) aceptó la candidatura propuesta por Costa Rica para incluir cuatro sitios arqueológicos ubicados en la zona sur del país en la lista de patrimonio mundial.
Los sitios arqueológicos Finca 6, Batambal, El Silencio y Grijalba ubicados en el cantón de Osa, en Puntarenas, resguardan esferas precolombinas y algunas construcciones asociadas que son testimonio del modo de vida de nuestras sociedades precolombinas.
Según explicó el director del Museo Nacional, Christian Kandler, aunque este es un primer paso, es “muy importante” para conseguir la anhelada declaratoria por la cual Costa Rica ha estado trabajando desde el 2001.
El documento que la Unesco aceptó es un expediente que reúne todos los criterios técnicos para justificar la candidatura de estos sitios arqueológicos. Este expediente fue presentado el 31 de enero del 2013 y su aceptación fue confirmada ayer al Gobierno de Costa Rica, según reveló Chinchilla.
Kandler declaró que en esas páginas se incluyen detalles de las investigaciones realizadas por arqueólogos del Museo Naciona l como Francisco Corrales y otros expertos externos a la institución, como Ifigenia Quintanilla .
“Sin embargo, además de la justificación científica, la cual es bastante sólida, la Unesco también valora la propuesta de conservación y restauración de esos bienes patrimoniales, los beneficios para las comunidades y el grado de acercamiento de estos objetos con la identidad costarricense”, declaró el director. Tanto Kandler como Chinchilla reconocieron que si bien este es un paso gigante, aun falta mucho por hacer para poder mostrar al mundo la declaratoria.
El arqueólogo Francisco Corrales, quien ha dirigido gran parte de las investigaciones considera que el compromiso por parte del Estado costarricense fue fundamental para que la Unesco tomara en serio las aspiraciones del país.
Con respecto al valor cultural de estos cuatro sitios patrimoniales, Corrales explicó que ellos son “representativos de una etapa de desarrollo que tuvo la humanidad; es decir, el sistema de cacicazgos que organizaba la sociedad en estratos alrededor de un jefe político”.
¿Qué sigue? Corrales detalló que el expediente debe ser analizado por un órgano consultivo de la Unesco en este caso el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos). “Ellos deben verificar que se cumplen las condiciones de integridad, autenticidad y si existe una estrategia sólida para la protección de estos bienes. El Icomos tiene tiempo hasta mayo del 2014 para emitir un dictamen técnico al respecto”. Durante este proceso el documento se someterá a consulta entre expertos internacionales. El Icomos deberá enviar su dictamen así como sus recomendaciones al Consejo de Patrimonio Mundial, que durante su sesión anual entre junio y julio del 2014 finalmente tomará la decisión de incluir o no a los sitios arqueológicos costarricense en la prestigiosa lista.