Nueva York. AP Amy Krouse Rosenthal, una popular escritora, cineasta y oradora que brilló con su espíritu generoso y rompió corazones con un artículo sobre su enfermedad terminal y su esposo Jason, falleció a los 51 años.
Rosenthal recibió el diagnóstico de cáncer ovárico en el 2015. Nativa y residente de Chicago, escribió más de 30 libros, entre diarios, memorias y los exitosos cuentos ilustrados Uni the Unicorn y Duck! Rabbit!. Realizó cortometrajes y videos de YouTube, dio charlas para TED y colaboró con emisoras de radio como NPR, entre otras.
También crió a tres hijos y tuvo un don para los actos de bondad fortuitos, ya fuera colgando billetes de un dólar en un árbol o dejando notas en cajeros automáticos.
“Hago lo que me parece que está bien. Si tiene resonancia o siembra una semilla, maravilloso” , dijo a la revista Chicago en el 2010.
Mientras sus libros fueron celebrados por su tono exuberante, a principios de este mes ella dio pie a una conversación de un tono muy diferente con una muy leída columna de Modern Love ( Amor modern o) para The New York Times . En esta, Rosenthal contó cómo se enteró de su enfermedad y, a modo de un perfil de un cibersitio de citas, rindió homenaje a su marido, Jason Brian Rosenthal. El ensayo se tituló Tú querrías casarte con mi esposo.
“Si estás buscando un compañero de viaje soñado y siempre listo, Jason es el indicado. También tiene una afinidad por las cosas chiquitas: cucharitas de catador, pequeños frascos, una miniescultura de una pareja sentada en un banco que me obsequió como un recordatorio de cómo comenzó nuestra familia”, escribió.
“Este es el tipo de hombre que es Jason: se presentó a nuestro primer ultrasonido de embarazo con flores. Es un hombre que, como siempre se despierta temprano, me sorprende cada domingo por la mañana haciendo algún tipo de carita feliz rara con objetos que encuentra cerca de la cafetera: una cuchara, un tazón, una banana”.
“Estoy terminando esto en el Día de san Valentín, y el regalo más genuino que puedo esperar, que no sea un florero, es que la persona apropiada lea esto, encuentre a Jason, y otra historia de amor comience”, agregó.
Rosenthal estudió en la Universidad de Tufts y trabajó en publicidad por varios años antes de que tuviera una McEpifanía, como la llamó. Estaba con sus hijos en un McDonald’s cuando se prometió a sí misma que dejaría la publicidad para convertirse en escritora.
A finales de los años 90, publicó con regularidad al menos un libro por año, y a veces tres o cuatro. A Rosenthal le encantaba experimentar con distintos medios y mezclar el mundo virtual con el físico.
Uno de sus proyectos favoritos comenzó con un video de YouTube, 17 Things I Made ( 17 cosas que yo hice ), en el que incluyó desde libros que había escrito hasta a sus tres hijos y un sándwich de mantequilla de maní con mermelada. Al final del video, invitó a sus fans a acompañarla en el Millennium Park de Chicago el 8 de agosto del 2008 a las 8:08 p. m con la idea de hacer una 18 .ª “cosa genial”.
Cientos respondieron a su llamado para “ hacer ” cosas como una gran entrada, un nuevo amigo, un escándalo... en fin, algo hermoso.
“Tiendo a creer que sea lo que sea que uno decida buscar lo encontrará, que sea lo que sea que uno llame eventualmente lo llamará a uno”, dijo durante una charla de TED en el 2012.
Sus libros fueron igual de originales. Textbook Amy Krouse Rosenthal ( Libro de texto Amy Krouse Rosenthal ), publicado en el 2016, está dividido en capítulos llamados como materias escolares, de Geografía a Artes y letras. Otra obra subtitulada Not Exactly a Memoir ( No exactamente un libro de memorias ), incluye listas, ilustraciones, gráficas, emails y mensajes de texto. En una sección titulada Midterm Essay ( Ensayo trimestral ), Rosenthal reflexiona sobre la mediana edad y su pasión jovial por la vida.
“Si es maravilloso, espléndido, notable –una vista al exterior por la ventana, una fuente encendida de noche, ese aperitivo de chorizo con higos– me veo obligada a buscar una especie de punto de saturación, a escuchar/observar/saborear en círculo, mantenerme en ello con entusiasmo hasta que haya absorbido toda su magia”, escribió.
“Invariablemente, tendré que seguir adelante hasta saturarme. Mi primera palabra fue ‘más’. Muy probablemente sea la última”.