Además de especialista en perinatología y pionero de la fertilización in vitro en el país, el médico Gerardo Escalante López es un hombre optimista.
Él está seguro de que el fallo que está por emitir en los próximos días la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), restablecerá la práctica de esa técnica de reproducción humana, prohibida por la Sala Constitucional costarricense hace 12 años.
El siguiente es un resumen de una entrevista sostenida ayer en su consultorio, bajo el supuesto de que la CIDH le dé la razón a las 18 parejas que demandaron al Estado costarricense por coartar su derecho a formar una familia.
Por supuesto, la Corte también puede fallar a favor del Estado, que ha defendido la prohibición aduciendo que este tipo de tratamiento contra la infertilidad viola el derecho a la vida.
¿Qué espera del fallo?
Yo espero que vuelva a haber fertilización in vitro en Costa Rica y que el Estado responda rápidamente con una buena ley para reproducción humana; si fuera el caso, que doña Laura Chinchilla emita un decreto, junto con su ministra de Salud, que por lo menos regule –aunque no pueda penalizar– la práctica de la fertilización in vitro en Costa Rica.
”Lo que queremos es que en Costa Rica se practique, que el Ministerio de Salud regule muy bien las técnicas y los centros, que el Colegio de Médicos sea vigilante de la pureza del ejercicio del acto médico, y que el Ministerio Público esté dispuesto a intervenir cuando se considere que la ética no ha sido la correcta”. De manera que yo, en lo personal, y todo el grupo nuestro siente la necesidad de que en Costa Rica se haga fertilización in vitro en forma correcta y ética, y bajo un estricto control del Estado y del Colegio de Médicos y el Ministerio de Salud”
¿Cuál sería esa forma correcta de practicar la técnica?
No hay que descubrir la luz ni el agua tibia. Ya eso está normado en todas partes. La forma correcta es, primero, que las personas que hacen la reproducción humana tengan los equipos adecuados; segundo, que tengan los conocimientos y la destreza adecuada, y, en tercer lugar, que las personas que hacen medicina reproductiva aspiren a minimizar, disminuir o evitar todos los efectos colaterales de la reproducción humana que se puedan derivar de un manejo inadecuado: por ejemplo, no transferir más de cierta cantidad de óvulos fertilizados al útero para evitar los embarazos múltiples. Legislar en cuanto a qué número de óvulos transferir al útero; segundo lugar, una vez que la CIDH establezca otra vez la fertilización in vitro en Costa Rica, incorpore toda la biotecnología actual a nivel mundial. Esto significa poder vitrificar óvulos fertilizados para transferencias en ciclos futuros, lo cual va a hacer que la paciente no pase por el mismo proceso dos veces para poder tener más de un hijo; esos óvulos fertilizados se deben guardar bajo un estricto reglamento tanto del centro que hace esto como con una normativa del Ministerio de Salud, sabiendo que las personas que dejen embriones vitrificados lo harán por cierto tiempo y posterior a eso, si no los usaran para su transferencia, dejen autorizada su donación para parejas que los necesiten, y eso tiene que verse como la forma más temprana en la especie humana de adopción. No hay que satanizar las cosas. Hay que verlas desde el punto de vista lógico. Yo espero que en Costa Rica podamos subrogar en ciertos casos absolutamente demostrados a nivel mundial, no dejarnos llevar por la ignorancia y por nombres de novelas que hablaban de esa técnica como vientre de alquiler. Yo estoy de acuerdo que comerciar con óvulos fertilizados, con semen o con óvulos normales o con subrogación, eso no es aceptable éticamente, no debe permitirse y a nivel internacional está totalmente proscrito. Eso va contra la ética. Yo creo que doña Laura Chinchilla tiene una responsabilidad muy grande que no se acaba con lo que diga la Corte: la responsabilidad de ver en qué forma en Costa Rica se legisla y se regula el acto médico en relación a la fertilización in vitro. Porque eso no puede quedar a la libre: primero, por la salud de los pacientes y, en segundo lugar, por el honor de la profesión médica.
No se termina con el fallo. ¿Otro proceso empieza?
Empieza el trabajo más importante: generar un buen marco regulatorio para esta práctica en el país. Todos conocemos las características de nuestra Asamblea Legislativa, y a mí me da temor, pero Dios quiera e ilumine a los señores diputados para que, al menos en esta materia, sepan que no pueden darse el lujo de dedicar cuatro, cinco, seis años, cada uno exponiendo su personal punto de vista y sin ponerse de acuerdo, porque llegaríamos a una situación parecida a cuando en Costa Rica no se practicaba la fertilización in vitro, o peor.
¿Podrá la CCSS asumir ese tratamiento en sus hospitales?
Hemos venido insistiendo en que la reproducción humana no solo debe practicarse a nivel privado. Es imperativo que en Costa Rica haya fertilización in vitro en la seguridad social, que se levante el impedimento firmado por Álvaro Salas en 1997, en el que, por acuerdo de Junta Directiva, se deja fuera de los servicios de la seguridad social lo referente a la fertilización in vitro.
Lo primero es dejar sin efecto el fallo de la Sala Constitucional. Segundo, no vuelve a regir el decreto del año 1995 de Figueres Olsen, hay que hacer uno nuevo, porque aquel tal vez funcionaba para hace doce años, pero ha evolucionado tanto la biología reproductiva que ahora se requiere uno nuevo. Y la práctica de fertilización in vitro en la seguridad social es necesaria, primero, porque es un derecho de los seres humanos; en segundo lugar, se debe dejar de discriminar por el factor económico. Y en tercer lugar, donde hay práctica de reproducción humana, los centros privados compiten con la seguridad social.
La suya es una posición muy optimista. Y ¿si el fallo mantiene la prohibición?
El principio de justicia universal no puede equivocarse nunca. Por eso, estoy absolutamente seguro de que lo que hizo la Sala Constitucional no lo va a repetir la Corte, porque generaría un cisma, una crisis mundial. Los grupos que se oponen a todas estas técnicas adquirirían una fuerza a nivel mundial para empezar a socavar las bases de la medicina reproductiva en todos los países.
¿Qué ha ganado o perdido el país sin fertilización in vitro?
Ha perdido avance científico. Costa Rica, en el 2000, estaba a la cabeza, junto con Chile, Colombia, Brasily México. Y al haber un decreto, Costa Rica era casi el único país que tenía regulado todo el marco de reproducción humana por vía legal. Era sublime; la posición de Costa Rica era respetadísima. Y Costa Rica pasó de lo sublime a lo ridículo al prohibir.
”Ahora Costa Rica irá de lo ridículo a lo sublime porque la Corte será el primer organismo mundial en pronunciarse en un marco de derechos humanos sobre la condición de infertilidad, y su característica de enfermedad y discapacidad. La Corte va a normar para la humanidad”. El aspecto vinculante de aquí va a repercutir en todos los países que tengan culto a los derechos humanos, y va a ser un precedente.
¿Ve usted pocas posibilidades de un fallo negativo?
Si el fallo fuera negativo y ratifica la prohibición de la Sala Constitucional, ese fallo le diría al mundo que está equivocado. La Corte lo que dirá es si debe o no debe haber fertilización in vitro en Costa Rica. Cómo se haga no va a depender de la Corte, sino de cómo el país se organice para darle un marco regulatorio”.Pero el principio sí lo tiene que fallar la Corte, no lo puede dejar inconcluso.
Si el fallo es a favor de los demandantes, ¿usted, al día siguiente, podría iniciar la fertilización in vitro?“Hacer in vitro no es como hacer helados para vender. Un centro que comience hoy su práctica de fertilización in vitro, ni aquí ni en Austria, le puede decir a un paciente venga le hago un in vitro y le garantizo este porcentaje. Se necesita una curva de tiempo, de ir perfeccionando técnicas. Yo, en lo personal, posiblemente si esto se vuelve a hacer en Costa Rica, tendría que volver a reunir la gente y comenzar un proceso de reproducción humana”. ¿Cuánto tiempo podría llevar ese proceso?“Calculo que por lo menos un año para que un centro madure y pueda tener sus resultados. Nosotros tenemos una lista de pacientes (30) que son casos muy especiales”.