Pérez Zeledón y Tarrazú. Gílbert Calderón Zúñiga se levantará en los próximos días de madrugada para estar a las 6 a. m. en punto en sus plantaciones de café, en Miravalles de Pérez Zeledón.
No llegará temprano a rociar de abono o herbicida sus plantas, tampoco a cosechar los frutos maduros que por años le han permitido alimentar a su familia; por el contrario, llegará a cortar de raíz las plantas que se convirtieron en sus enemigas y que en los próximos dos años le negarán el sustento diario.
Calderón, junto con ocho de sus hermanos, posee 20 hectáreas de cafetales, las cuales representan la única fuente de ingreso para esta familia, que en los próximos días continuarán con la pesadilla de arrasar con todo, ya que ninguna mata se salvó del ataque del hongo de la roya.
Las 20 hectáreas son parte de las 15.903 hectáreas que fueron afectadas totalmente por la roya en Costa Rica, según los datos oficiales del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé).
Otras 29.034 hectáreas de cafetales tuvieron una afectación moderada y 15.503 un ataque leve. En total, 60.441 hectáreas de las 93.774 que tiene el país están afectadas por el hongo.
Incertidumbre. Como los Calderón, miles de familias de pequeños cafetaleros siguen en zozobra, pese a que el Gobierno anunció que hay ¢57.000 millones, en diferentes programas de asistencia y de crédito, para atender la emergencia por la roya.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG aseguró que el Gobierno trabaja para agilizar los planes y que la ayuda llegue pronto.
Según el Icafé, son 42.766 las familias de pequeños cafetaleros que afrontan una crisis con el ataque de este mal, que se incrementó el año pasado. El país registró un total de 52.787 productores.
En Santa Elena de General Viejo, Pérez Zeledón, Ulises Arias Hidalgo pensó el año pasado que el ataque de roya era común y que con una fumigada no iba a pasar a más, pero ahora tuvo que arrasar son su cafetal y se ahoga en deudas.
“La interrogante que nos hacemos es: ¿de dónde agarramos ese dinero para sobrevivir? En mi caso, si tenía algún tipo de ahorro ya este se fue, y tras de eso la cosecha de café de este año no fue buena y esta enfermedad nos vino a perjudicar aún más. Ahora estamos esperando a ver qué dice el Gobierno y ver si realmente nos va a ayudar”, expresó Arias en medio de su cafetal.
En la zona de Los Santos también hay emergencia. “Una de las cosas que impactó el ataque de la roya fue la imposibilidad de algunos productores para asistir los cafetales. La baja en el precio (del grano) afectó la atención de los cafetales y eso multiplicó la plaga”, explicó Carlos Rivera Chavarría, gerente de Coopetarrazú.
Esa cooperativa fue la primera en firmar un convenio, el viernes pasado, con el Sistema de Banca para el Desarrollo, por ¢1.800 millones, dentro de un programa tendiente a dar asistencia especial a los productores por un total de ¢10.000 millones.