A ella nadie la descubrió por casualidad, mientras se comía un cono en la plaza de la Cultura, como le podría pasar a tantas chiquillas bonitas. Por su propia cuenta, se las ingenió para entrar en los concursos de belleza y en el modelaje porque, desde que puso un pie en ese mundo, a los 17 años, iba tras un sueño.
Johanna Solano sabía lo que quería: ser Miss Costa Rica para poder ir a Miss Universo. Y aunque no llegó tan lejos como habría querido, está claro que dio de qué hablar antes y durante el concurso de anoche, en el que obtuvo muy buenos puntajes entre las calificaciones de los fans . La candidata de 20 años entró en dos listas de privilegiadas: las 16 finalistas y, poco después, las diez mujeres más bellas del certamen.
Para Allan Alemán, de la franquicia de concursos de belleza Reinas de Costa Rica, “Johanna se preparó desde hace mucho tiempo para Miss Universo y logró brillar entre las 89 candidatas porque sacó tiempo para prepararse. “Además de hacer que Costa Rica destacara, se tomó en serio el trabajo de verse bella a toda hora y eso implica mucha dedicación”, razonó.
Premeditado. Para Marisol Soto, ex-Miss Señora Costa Rica, quien conoció a Johanna cuando la joven comenzó en los concursos de belleza –en Señorita San José– , la herediana sabía a lo que iba en Brasil. “Sobresalió en diferentes facetas y les apostó a su belleza y a su preparación”, coincidió Soto.
Días antes de partir hacia Brasil, en agosto, Solano había dicho a Viva que su cuerpo sería su principal arma en el concurso.