El polémico ministro de Justicia de Costa Rica, Juan Diego Castro, presentó hoy, viernes, su renuncia al cargo, cuando sólo faltan nueve meses a la administración del presidente José María Figueres.
Durante los actos de celebración del 173 aniversario de la Anexión de Guanacaste a Costa Rica, que se llevaron a cabo en la ciudad de Santa Cruz, a 300 kilómetros al noroeste de San José, Castro anunció que su ciclo en el gobierno ha temirnado.
Castro, que no precisó las causas de su renuncia, señaló que ésta se hará efectiva a partir del 1 de agosto próximo; según él, se dedicará a trabajar en su oficina de abogado, la cual abandonó cuando entró al gobierno.
"Lo digo con el sentimiento del deber cumplido. Hemos compartido momentos de alegría y tristeza, aunque han sido más las alegrías", declaró Castro tras insistir que la lucha contra la corrupción, que "sólo comienza", ha sido el norte de su gestión.
El presidente Figueres, por su parte, agradeció a Castro que le hubiese acompañado en el Gobierno, primero como ministro de Seguridad Pública, entre mayo de 1994 y junio de 1996, y después como titular de Justicia.
"Muchas gracias por haber sido una persona que siempre estuvo en la primera línea de batalla contra la corrupción", aseguó el jefe de Estado.
El gobernante se mostró públicamente muy dolido por la decisión. Incluso, cuando se refería a ella ante el público que asistía al Consejo de Gobierno, en San Cruz, con motivo de la Anexión, sus ojos se le pusieron llorosos y con voz quebrada, afirmó que agradecía la "amistad sincera" de Castro.
Este hecho fue explotado ampliamente hoy al mediodía por la televisión local; los canales 7 (Telenoticias) y 4 (NC4) explotaron las tomas. La periodista Pilar Cisneros, de NC 4, entrevistó al Ministro por teléfono. Al consultarle si la renuncia se debía a los escándalos, rechazó eso y dijo que él prefiere retirarse para cumplir con sus labores privadas.
El jefe parlamentario de la oposición socialcristiana, José Antonio Lobo, por su parte, consideró que la labor de Castro en la función pública ha sido sumamente polémica.
"Ha dejado grandes cuestionamientos e interrogantes", declaró el parlamentario tras recordar oscuras negociaciones de armas con Israel, "o del todo claras aún", y otras decisiones que consideró muy cuestionables.