Zach Galifianakis - Interviews Zach Galifianakis of the film "The Campaign" in New York City, NY on July 28, 2012. © Armando Gallo / Retna Ltd. **** EMBARGOED IN THE USA UNTIL AUGUST 28, 2012 *** (© Armando Gallo / Retna Ltd.)
Por: Darío Chinchilla
La grosería de Zach Galifianakis es tan violenta que uno tarda demasiado en entender sus chistes. Hollywood demoró casi 15 años en decidir si el comediante era gracioso.
Una reseña de The New York Times sobre un acto de comedia en vivo, que presentó en el 2009, cuenta cómo el artista creó un personaje con el kilométrico nombre de “El Niño que no Sabe que Mientras Él Está Abajo en la Sala, su Tío, quien Está en el Segundo Piso, se ha Vuelto Sordo de Repente”. En la rutina, Galifianakis interpreta a un niño que llama a su tío (“¡Tío David!”) y que cada vez se pone más y más nervioso cuando no obtiene respuesta durante varios minutos. La tensión aumenta hasta la desesperación. Solo hay risas nerviosas. ¿Es esto comedia? Cuando el periodista de The New York Times le preguntó a Galifianakis sobre esta rutina, el comediante dijo que ese fue su momento favorito de la noche. Él no quiere complacer a su público; quiere retarlo.
The Hangover (2009) lo llevó al estrellato. Es fácil reírse con su personaje, Alan Garner, un niñote neurótico y barbudo de 40 años, cuya inteligencia emocional se mueve en una frecuencia de onda interplanetaria. Sin embargo, es más fácil reírse de él la segunda vez que uno lo mira.
¿Cómo hacemos para entender de primera entrada a ese personaje tan extraño? De la misma manera en que debemos entender a su intérprete: usando una lógica distinta al sentido común.
Risas desde abajo
La vida de Zach Galifianakis entretiene a quien gusta de las historias de perdedores que triunfan al final. Sin embargo, al propio Zach parece no complacerle tanto como ha resultado todo este asunto del estrellato.
Zach Galifianakis (1969) creció en Wilkesboro, un pequeño pueblo de Carolina del Norte. Su padre emigró desde Grecia hacia Estados Unidos cuando tenía tres años, y de él es la herencia de ese apellido tan poco hollywoodense. Su nombre de familia es blanco habitual de sus bromas. Por ejemplo, ha dicho que él sí acortó su apellido para el mundo del espectáculo, ya que originalmente era “Galifianakis' berg”. En otras ocasiones se presenta como “Zatch Gassafanasky”, haciendo mofa de que ni siquiera él puede retener su nombre.
Abandonó sus estudios en Ciencias de la Comunicación tras perder la última materia de la carrera. Entonces, a principios de los 90, se mudó a la ciudad de Nueva York para estudiar actuación.
Tuvo gran cantidad de empleos temporales y vivió quebrado la mayor parte del tiempo. Empezó a hacer stand-up comedy , y su primera presentación fue en una hamburguesería en Times Square.
En 1996, empezó a participar en comedias y películas olvidables. Su primera gran oportunidad llegó en el 2002, cuando condujo el programa de entrevistas nocturnas Late World with Zach , en la cadena de música VH1. Los ratings fueron terribles y la serie solamente aguantó nueve semanas. Galifianakis produjo las últimas emisiones a sabiendas de que el show se había cancelado, y adoptó la estrategia kamikaze: insultó a los ejecutivos del canal y practicó el humor crudo que solo puede lograr un comediante que no tiene nada qué perder.
Uno puede rastrear la larga amistad entre Bradley Cooper (el guapo de The Hangover ) y Galifianakis justamente desde esta época. Cooper participó en una de las últimas emisiones de Late World , y uno puede gozar la absurda entrevista antitelevisiva (video) en YouTube.
La cancelación le pegó duro a Galifianakis pero, al mismo tiempo, la experiencia marcaría su ética en el futuro.
En entrevista con The New York Times confesó: “Justo después de que mi show fuera cancelado decidí que nunca entontecería mi material para complacer a nadie. Un mal cómico sigue a su audiencia sirviéndole lo que sea que esta quiera; un buen cómico siempre lidera”.
La nueva ética se le notaría en la cara. Desde entonces, empezaría a usar barba.
Periodo barbado
Hasta el 2009, Galifianakis siguió teniendo pequeñas apariciones en producciones de renombre, o grandes papeles en programas mínimos. La verdadera fama de este artista se dio en una comedia para adultos sobre tres tipos que deben armar el rompecabezas de lo que ocurrió en una noche de juerga en Las Vegas. The Hangover recaudó más de $450 millones alrededor del mundo en el año de su estreno. Desde entonces, el rostro Zach, empezó a aparecer en vallas publicitarias, camisetas y mamelucos para bebés.
En una semblanza de Galifianakis publicada en la revista Rolling Stone , el director de The Hangover , Todd Phillips, considera que el cómico tiene el don de haber nacido con unos ojos increíblemente tiernos. “Eso le permite salirse con la suya, a pesar de tanta estupidez y de decir tantas cosas horribles, porque sus ojos proyectan que él no las dice de corazón”, dice Phillips.
En el 2011, se lanzó una secuela (más bien calco) de la película cuya acción sucede en Tailandia, y, actualmente, se filma una tercera parte que se espera que esté lista para el 2013. Después del exitazo de The Hangover , Galifianakis ha protagonizado producciones como la serie Bore to Death (2009-2011), de HBO, y en las películas Due Date (2010), junto a Robert Downey Jr., y The Campaing (2012), en la que hace dupla con Will Ferrell.
Su carro es el Subaru modelo 98 que ha tenido siempre, a pesar de que se dice que sus honorarios por la segunda parte de The Hangover fueron de $5 millones. También camina por la ciudad, anda en bicicleta y usa el transporte público regularmente. No tiene un agente, publicista ni un asistente.
“No sé qué haría mi asistente aparte de conseguirme ‘mota’ (marihuana)”, dijo a la revista Time .
Esta cercanía con la gente común es la que le ha traído mayores incomodidades: demasiados fanáticos acechantes. La fama, sin las barreras de la fama, ha sido casi demasiado molesta para él. Ante la Rolling Stone, se quejó de que la gente quiere tomarse fotos con él como si fuera un personaje de caricatura.
Galifianakis pasa buena parte de su tiempo en una granja que tiene en Carolina del Norte, cerca de su pueblo materno. Allí no tiene cobertura celular y el teléfono fijo no puede hacer llamadas de larga distancia.
“Normalmente, estamos demasiado conectados. Son increíbles esos cómicos que publican en Twitter cada pensamiento”, dice Galifianakis, cuya cuenta personal rara vez sirve para la comedia. Sus esporádicas publicaciones se han dedicado a promover la campaña de Barack Obama y a apoyar distintas causas sociales.
Su faceta seria ha sido la más difícil de hacer respetar. En la entrevista con Rolling Stone cuenta que, durante un brindis por la boda de su hermana, se emocionó sinceramente hasta las lágrimas. Mientras tanto, los 300 invitados empezaron a reírse de él. Cuando le pasó lo mismo en la boda de su hermano, terminó dramatizando más emoción de la cuenta para no volver a sentir la humillación tan profundamente.
Zach se casó con su novia de larguísima data, Quinn Lundberg, en agosto pasado. Ella dirige una organización que recauda dinero para caridades en países en desarrollo. La boda fue al estilo Galifianakis: pequeña y sin bulla.
Algunas joyas cómicas de Galifianakis se pueden encontrar en YouTube, en el programa Between Two Ferns ( Entre dos helechos ), un ciclo de entrevistas a celebridades de Hollywood que condujo para el sitio FunnyOrDie.com.
En este show de Internet, escenifica peleas geniales con estrellas como Steve Carrell y su amigo Bradley Cooper, basurea a Ben Stiller y le hace comentarios sexuales inapropiados a Natalie Portman. Fue la exposición en este programa la que le valió el papel de Alan Garner en The Hangover .
A Galifianakis no se le escapa la ironía de que, en parte, construyó su éxito burlándose de los mundillos de Hollywood a los cuales él pertenece ahora. Mantiene su nombre antiartístico como una de sus últimas fortalezas, como un amuleto de su falso anonimato.
“Hay más en la vida que ser un actor en una película de Hollywood”, dijo en una entrevista para la revista CQ . “No voy a adaptar mi vida después de esa experiencia, a pesar de lo que haga otra gente. Ellos consiguen un publicista, y todas esas cosas que terminan convirtiéndose en ellos mismos. Creo que es una forma estúpida de vivir tu vida”.