Moscú. AFP y EFE. El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó ayer el tratado que incorpora Crimea a Rusia mientras en la Plaza Roja millares de personas celebraban lo que medios locales denominaron “un logro histórico”.
Mientras tanto, Ucrania y las potencias occidentales condenaron sin paliativos el documento de adhesión y lo consideraron “ilegítimo e ilegal”.
Pero Putin, en un discurso patriótico, sostuvo que la estratégica península –donde está la base de la flota del mar Negro – siempre ha sido parte de la patria rusa.
“En el corazón y en la conciencia de la gente, Crimea era y es una parte inseparable de Rusia”, manifestó, al tiempo que afirmó que su país habría “traicionado” a los crimeos si no hubiera respondido a su llamado a protegerlos ante las manifestaciones de Kiev que llevaron a la destitución del presidente Viktor Yanukovich , cercano al Kremlin.
Crimea, que pertenecía a Rusia en tiempos de la Unión Soviética, fue un regalo de Nikita Jruschov a Ucrania en 1954.
“No crean a los que les meten miedo sobre Rusia, que gritan que después de Crimea vendrán otras regiones”, expresó Putin para tratar de aplacar los temores de aquellos que piensan que puede volver a pasar lo mismo en el este rusófono de Ucrania.
“No queremos la escisión de Ucrania, no lo necesitamos”.
El ambiente de patriotismo se percibía en cada rincón de la Plaza Roja y se esparció hasta las bocacalles adyacentes al mayor escenario de la celebración del “retorno de Crimea a su puerto”, como lo definió Putin.
Numerosos activistas, también de otras regiones rusas, portaban banderas tricolor de Rusia, globos y retratos de Putin, quien desde un podio instalado frente a la catedral de San Basilio felicitó a Rusia y Crimea por su reunificación.
La otra cara. En Kiev, el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores convocó al encargado de negocios ruso para transmitirle una protesta por el reconocimiento de la “República de Crimea”.
El presidente ucraniano, Olexandre Turchínov, acusó a Putin de seguir el ejemplo de la Alemania nazi, que anexionó territorios antes del inicio de la II Guerra Mundial, y el ministro de Justicia, Pavlo Petrenko, aseguró que Ucrania se reserva el derecho a “nacionalizar” bienes de Rusia.
La canciller alemana, Ángela Merkel, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenaron, en una conversación telefónica, la decisión de Rusia de anexar la península crimea.
Ese paso es “contrario al derecho internacional”, dijo Merkel.
Obama pidió a los dirigentes del G7 y de la Unión Europea que se reúnan la semana próxima en La Haya, al margen de la cumbre sobre seguridad nuclear, para hablar de la situación en Ucrania.
“La anexión de Crimea es ilegal e ilegítima, y los aliados de la OTAN no la reconocerán”, advirtió –por su parte– el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, mientras el ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, anunció la suspensión de la cooperación militar con Moscú y aseguró que es muy probable que Rusia sea excluida del G8.