La unión estable entre dos participantes de un mercado; es decir, la mejor asignación posible, es el centro de la teoría que ayer les valió el Premio Nobel de Economía a a los estadounidenses Lloyd Shapley y Alvin Roth.
Estos economistas, con investigaciones separadas acerca del diseño de mercados, han utilizado la teoría de juegos para demostrar que existe una asociación de elementos dentro de un mercado, que es mejor que cualquier otra combinación.
La teoría de juegos, una derivación de la economía y las matemáticas, emplea modelos para analizar la interacción que existe entre incentivos y decisiones dentro de un mercado, y la manera en que los individuos anticipan las decisiones de los otros.
De acuerdo con la Real Academia sueca de las Ciencias, Shapley utilizó la teoría de los llamados “juegos cooperativos” para estudiar y comparar diferentes métodos de emparejamiento.
Su método limita los motivos que tendrían los participantes de un mercado para manipular el proceso de correspondencia.
“Shapley fue capaz de mostrar cómo el diseño específico de un método sistemáticamente puede beneficiar a uno o el otro lado del mercado”, añade la Academia.
Nuevo aporte. Más tarde, Roth reconoció que los resultados teóricos de Shapley podrían aclarar el funcionamiento en la práctica.
“En una serie de estudios empíricos, Roth y sus colegas demostraron que la estabilidad es la clave para entender el éxito de las instituciones del mercado de particulares”, señala la Academia.
Según esa entidad, Roth fue después capaz de fundamentar esta conclusión en experimentos de laboratorio sistemáticos.
El economista también ayudó a rediseñar los modelos existentes para hacer coincidir variables como “nuevos médicos” con hospitales, “estudiantes” con escuelas y los “donantes de órganos” con pacientes que los necesitan.
En el caso de los médicos, la teoría de Roth organiza intercambios según las posibles elecciones de hospitales, a fin de que no haya incompatibilidades que afecten la colocación de nuevos profesionales donde se necesitan.
El Premio de Economía fue creado por el Banco Central de Suecia en el año 1968 y ha sido repartido desde entonces con los otros galardones, que conllevan cada uno 8 millones de coronas suecas, cerca de $1,2 millones.