San José (Redacción). Llegó a desayunar, almorzar y cenar crack, asaltó, robó e incluso estuvo involucrado en un homicidio...
El pasado de Douglas Contreras, conocido como ‘Transfomer’ fue escrito en los laberintos de La Cueva del Sapo, una de las zonas más peligrosas de la comunidad de La Carpio, en La Uruca, San José.
Le apodaban Transformer porque, relata, siempre que iba a asaltar o a enfrentar a una pandilla se cubría el rostro con un pañuelo o un pasamontañas. “Les decía a los demás que me tenía que ir a transformar, de ahí me quedó el apodo”.
Él fue pandillero desde lo 15 hasta los 23 años, hasta que llegó un punto donde tocó fondo.
“Siempre decía si Dios me falla, tengo mi 38”, cuenta refiriéndose a la pistola que cargaba en esos días.
Fue precisamente Dios quien lo ayudó a salir del abismo en que se encontraba, pues a través de un grupo religioso logró desintoxicarse y dejar de delinquir.
Ahora aprovecha lo aprendido en la calles para hacer versos y rimas; se ha convertido en un conocido rapero de la comunidad.
Su misión, cuenta, es ayudar con su música y ejemplo a otros jóvenes a que abandonen la pandillas.
Su historia, la de otros muchachos, también vinculados a pandillas, así como las causas sociales y estrategias para enfrentar a estas agrupaciones estarán presentes en el reportaje principal de la nueva Revista Dominical del periódico La Nación , que será publicado el próximo domingo.