Según el vicepresidente de la Asamblea Legislativa, Carlos Avendaño, la fertilización in vitro (FIV) equivale a “un TLC de embriones”: “es una técnica abortiva, que abre la comercialización de embriones, el almacenamiento y congelamiento de embriones, la eliminación de embriones, los vientres de alquiler y el hecho de que se aplique a personas solteras”. ¡Por Tutatis! ¡El cielo se nos cae encima! Le faltó vaticinar que la FIV implicará sequías e inundaciones, desatará la peste, y la llegada del Anticristo...
La mente del diputado es un nido de falacias. Ahí se cría uno de los sofismas preferido por varios ejemplares del Parlamento, infaustamente célebres. Se trata de la falacia non sequitur, la cual explicó hace varios meses Víctor Hurtado en su artículo “La falacia familiar”. Avendaño desconoce las reglas básicas del pensamiento, al afirmar que la FIV implica, per se, todos esos efectos, que presenta como si fuesen equivalentes.
Pensar, como decía Platón, es saber distinguir, según la técnica del buen carnicero, entre las articulaciones naturales. Quien piensa bien, no hace amalgamas; es decir, no presenta como si fuesen homogéneos elementos en realidad heterogéneos. Dicho popularmente, no hace arroz con mango. En buena lógica, Avendaño no sabe pensar.
El matorral de sofismas se enreda, además, en una serie de falsedades. Arguye que la reciente sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que condenó al Estado a indemnizar a las víctimas de la prohibición de la FIV y le exige permitir dicha práctica, “no es vinculante”. El vicepresidente de la Asamblea Legislativa desconoce lo que implica para el Estado costarricense pertenecer al Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Según su lógica, Costa Rica no tiene por qué obedecer a este sistema. Es decir, Costa Rica no tiene por qué respetar los derechos humanos.
En medio de esta maraña, reluce, viscosa, la siguiente gracia: el problema de la FIV es que “se aplique a personas solteras”. ¿Pretenderá ahora el diputado ilegalizar la procreación fuera del matrimonio?
En su discurso del pasado 1.° de mayo, la presidenta Chinchilla apelaba al diálogo para legalizar la FIV y las uniones civiles entre personas del mismo sexo. Momentos antes, su bancada sumaba los votos para colocar, en la cabeza del Congreso, diputados férreamente opuestos a estos derechos. El PLN tiene mayor compromiso con los fundamentalismos que con el progreso de los derechos humanos en el país. El cálculo nos saldrá caro a todas y todos.