Del 2004 al 2012, el 90% de los delfines que encallaron en las playas costarricenses fueron rayados.
Según datos de Fundación Keto, al año, entre 10 y 15 delfines llegan hasta la costa. Solo en lo que va del 2012, se reporta el varamiento de ocho cetáceos. De estos, tres eran delfines rayados ( Stenella coeruleoalba ).
“No sabemos la razón del por qué esa especie en particular es la que encalla más. Uno esperaría que otras especies costeras también encallen”, dijo Gabriela Hernández, jefe de sección de microbiología medicoveterinaria del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y veterinaria de Fundación Keto.
Un encallamiento o varamiento ocurre cuando un delfín, o cetáceo en general, se acerca a la costa y no puede regresar a aguas profundas por sus propios medios.
En Costa Rica, se reportan más casos en el Pacífico que en el Caribe. Para Hernández, eso puede deberse a que existe un subregistro de casos en la vertiente del Atlántico.
Asimismo, la veterinaria manifestó que se atienden más ejemplares juveniles y adultos que crías.
“Se supondría que son animales sanos que deberían estarse reproduciendo. Los delfines son considerados bioindicadores, es decir, si están saliendo a la playa es porque hay algo en el ecosistema que los está afectando”, dijo Hernández.
Posibles causas. En Costa Rica, algunos encallamientos se deben a la interacción de estos animales con el ser humano, ya sea que el delfín puede quedar atrapado en redes o trasmallos (enmallamiento) o ser golpeado por embarcaciones turísticas o pesqueras.
Por esa razón, el país cuenta con un reglamento que regula el avistamiento de cetáceos para que los botes se mantengan a distancia prudencial del animal para no afectar su movilización o golpearlo.
También, los cetáceos encallan por que vienen enfermos debido a la acción de virus, bacterias, parásitos y toxinas.
“Se han atendido dos delfines en zonas afectadas por marea roja y una cría que comió plástico”, indicó Hernández.
Ahora, un estudio publicado en la revista científica Emerging Infectious Diseases (2008) analizó 10 delfines rayados que encallaron entre el 2004 y 2007 en la costa del Pacífico de Costa Rica, los cuales presentaban problemas para nadar debido a desórdenes neurológicos y murieron horas después.
“Todos los delfines tenían anticuerpos contra Brucella ”, indicó el estudio en referencia a la bacteria que provoca una enfermedad crónica llamada brucelosis, la cual afecta el sistema nervioso central y reproductivo de estos mamíferos marinos.
Asimismo, el estudio detalló: “ Stenella coeruleoalba constituye un huésped altamente susceptible y un potencial reservorio para transmisión de Brucella ceti en el Pacífico Tropical Oriental”.
“Las bacterias de este género afectan tanto a mamíferos terrestres como marinos. Poseen preferencia hacia su hospedero pero pueden infectar diversas especies de mamíferos. En el caso de las marinas se ha reportado que también han infectado parásitos de estos animales”, explicó Hernández.
Ante la posibilidad de que estos delfines lleguen enfermos, las personas que atienden este tipo de situaciones deben protegerse con guantes y mascarillas.
Tampoco se debe consumir su carne u otro tipo de tejidos, ya que podrían adquirir la bacteria y enfermar.