Por años, él ha estudiado el tema de las creencias y del efecto placebo en los seres humanos y es contundente en su declaración: “Si esperas que algo te va a aliviar el dolor, liberas opiáceos endógenos, si esperas una mejora en tu movilidad, liberas dopamina, otro neurotransmisor”, afirma.
La actitud positiva y esperanzada es vital porque cambia tu actitud, ayuda a sanarse e influye en el cuerpo y sus órganos.
De igual forma, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Michigan, el efecto placebo o de la creencia es real. Solo pensar que un fármaco alivia el dolor, puede ser suficiente para liberar el analgésico natural: las endorfinas.
“Vimos como el sistema de endorfinas se activaba en las zonas cerebrales relacionadas con el dolor. La actividad aumenta cuando se le dice a un paciente que está recibiendo un analgésico, aunque no sea verdad”, concluyó Jon-Kar Zubieta, profesor de radiología de esa universidad estadounidense.