Moscú. AFP La atmósfera se ha enrarecido en el Ballet Bolshoi: la célebre escena teatral rusa se ha convertido en el escenario de una investigación criminal. Después de una agresión con ácido cometida contra el director artístico Serguei Filin, las sospechas se han volcado hacia el elenco.
La policía confirmó ayer que fue interrogado el bailarín Nikolai Tsiskaridze, cuyo conflicto con la dirección es notorio.
“Los investigadores interrogaron el miércoles a Nikolai Tsiskaridze en calidad de testigo. También han sido interrogados colaboradores del teatro, así como los allegados y conocidos de Serguei Filin”, indicó la policía.
Recién ocurrida la agresión, el 17 de enero, el director de la compañía, Anatoli Iksanov, informó sobre personas sospechosas que podrían estar implicadas en la agresión contra Filin.
“Espero que Nikolai Tsiskaridze no haya caído tan bajo, pero es él realmente quien se encuentra en el origen de la atmósfera malsana del teatro”, declaró Iksanov en una entrevista con el diario Izvestia .
“Es público y notorio que Tsiskaridze criticó de manera constante al director y al director artístico. Pero el teatro no acusa a Tsiskaridze ni a ninguna otra persona”, señaló el jueves la portavoz del establecimiento, Katerina Novikova.
Tsiskaridze, reconocido artísticamente pero con una reputación controvertida, acusó a la dirección del teatro de promover una campaña de persecución en su contra.
“Yo no hice nada”, se defendió, “aquellos que apuntan con el dedo son aquellos que tienen intereses”, añadió Tsiskaridze en una entrevista publicada por el diario Moskovski Komsomolets .
El bailarín aseguró a la radio Vesti-FM que la agresión no puede estar relacionada con la actividad profesional de Filin.
A pesar de que el mundo de la danza y la cultura se mostró impactado por el carácter “bárbaro” de la agresión, nadie pareció sorprenderse por la agresión sufrida por el exbailarín de 42 años.
Serguei Filin, que sufrió quemaduras en la cara y los ojos, está convencido de que el ataque estaba relacionado con su trabajo.
“El director artístico es dios y rey en el reino de la danza, y el círculo de sospechosos debe ser muy estrecho”, afirmó el diario Argumenti y Facti.