La propia presidenta Laura Chinchilla Miranda lo admitió en una entrevista para la Revista Dominical de ‘La Nación’: “(...) en el plano anecdótico, yo sí reconozco que nuestro gobierno está lleno de baches. ¡Está lleno de baches!”.
Entonces, si anecdótica es la caída de dos de sus proyectos estrella (el Plan Fiscal y la construcción de la trocha ), pues digamos que este gobierno es un compendio de baches que van de lo sublime a lo ridículo.
En un intento por demostrar las buenas obras de estos 31 meses de gobierno, la administración Chinchilla ha cambiado de ministro de la Presidencia –el principal contacto con los otros poderes de la República– en dos ocasiones.
El ministerio de Comunicación ha variado dos veces su ficha, y ni qué decir de otros ministerios y diputados.
Sobre estos últimos, debemos tener en la memoria el traspié inicial de su bancada en la Asamblea, dispuesta a subirse el salario con apoyo de la propia mandataria.
Pocas noticias buenas han sido desplegadas por los medios. Tan pocas, según la Presidenta, que se vio obligada, primero, a sacar a uno de sus mejores amigos del Congreso para meterlo en un campo completamente ajeno para él: la comunicación.
Francisco Chacón –esposo de otra amiga presidencial, Anabelle González, ministra de Comercio Exterior–, ahora es quien trata de sacar las castañas del fuego con los periodistas.
Tan pocas son las noticias buenas, insiste Presidencia, que crearon su propio periódico en setiembre para encarar esta “ola de baches” en el anecdotario presidencial.
Se llama La Noticia , y su enfoque es positvo, dijeron los encargados. Salió a pocos meses de una de las encuestas de Unimer que dejaban a Chinchilla como uno de los mandatarios menos populares de los últimos tiempos.
Más recientemente, a finales de noviembre, Chinchilla informó sobre su intención de invertir ¢220 millones para defenderse de las críticas en las redes sociales, su nuevo frente de ataque. Fueron las mismas redes (Facebook y Twitter, principalmente) las que se abalanzaron sobre su nuevo proyecto.
¿Tendrá Laura Chinchilla la responsabilidad de la destrucción de la infraestructura nacional, el triste espectáculo que dan todos los días en la Asamblea, el malestar de los motociclistas en la calle o la crisis en la CCSS?
Probablemente no sea “la” responsable. Como política que es, sabía a lo que iba cuando dio la batalla por la silla presidencial. Fue ministra, vicepresidenta, diputada... En el equipo que ella eligió para gobernar está el futuro del país, al menos por los próximos 18 meses.
Ángela Ávalos R.