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La indignación de los indignados

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Se dice que los movimientos de “indignados” no llegarán muy lejos porque carecen de una ideología. En realidad, no van a conseguir mucho porque lo que reclaman, a quienes se lo reclaman, es exactamente lo que muchos de ellos también hacen: el placer de consumir y de codiciar. Reclaman porque la actual situación financiera mundial, que atribuyen a la codicia de los grandes intereses bancarios, les va a limitar el disfrute de un buen poder adquisitivo, de una buena pensión y de una economía nacional estable, demandas, por lo demás, indiscutibles. Pero no se dan cuenta que condenan conductas que muchos de ellos también practican en sus economías domésticas, incluyendo una baja capacitación educativa y producción laboral, y que, en el caso de tener la oportunidad, harían lo mismo si estuvieran en alguno de esos puestos políticos o de decisión financiera que tanto satanizan.








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