Como quien se ausenta un tiempo del país y luego regresa, el tiburón tigre vuelve a mostrar su lomo manchado a turistas, guardaparques e investigadores en la Isla del Coco.
Tras 30 años de ausencia, este tiburón retornó a este lugar y pronto se convirtió en el máximo depredador del arrecife.
Los primeros en notar su presencia fueron los turistas que se acercan a la isla a bucear.
“La gente estaba un poco atemorizada por la presencia del tiburón tigre, debido a las características que tiene (puede alcanzar más de siete metros)”, contó Géiner Golfín, administrador de este parque nacional, y agregó: "No obstante, es tanta la comida que abunda en las aguas que difícilmente va a atacar a una persona en la isla. El ser humano no está en la dieta de los tiburones".
"Más bien son bastante tímidos. En los buceos, los he visto pasar a cinco metros como si uno no existiera”, dijo Steven Alvarado, guardaparque y buzo profesional.
Los tiburones tigre (
Randall Arauz, investigador de la organización Pretoma, colocó marcas a cinco tiburones en enero del 2011. “Fueron tres hembras y dos machos. Las hembras eran más grandes que los machos. La más grande midió 4,20 metros”, señaló Arauz.
Aunque se carece de un censo poblacional, Arauz sospecha que pueden haber unos diez tigres en la isla. La mayoría de ellos son machos jóvenes y hembras.
“Lo que estamos viendo es que se quedan alrededor de la isla. Algunos se salen de las 12 millas de área protegida, pero siempre regresan y tienen su residencia aquí”, destacó Arauz.
“Puede ser que estén usando la isla como guardería mientras crecen y se preparan para migrar”, añadió el biólogo.
La presencia de un nuevo depredador y su afectación al ecosistema es un tema que interesa a científicos y guardaparques.
“A la par de la presencia del tiburón tigre hemos notado otro comportamiento que se relaciona con la disminución de tortugas. A los tiburones les encantan las tortugas porque su carne es grasosa”, explicó Golfín.
“Cuando nosotros empezamos la investigación en la Isla del Coco, veíamos mucho tiburón punta negra en las bahías y ahora nos cuesta mucho observarlos”, dijo Ilena Zanella, investigadora de la organización Misión Tiburón.
“Como no hay estudios de referencia, no podemos comparar, pero por observaciones personales sí nos parece que los tiburones punta negra juveniles han disminuido mucho y pensamos que podría ser por el tiburón tigre”, añadió.
Por su parte, Alvarado los ha observado alimentándose de aves como los pájaros piqueros.
“La llegada del tiburón tigre podría estar cambiando la dinámica poblacional de las demás especies, pero es muy pronto para saberlo y los pocos estudios de referencia nos dificultan sacar conclusiones”, dijo Zanella.
“Al estar en la cúspide de la cadena alimentaria, no creo que vaya a desencadenar un desequilibrio; aunque sí podría entrar en competencia con otros animales en algunos de los sitios”, dijo Golfín.
“Sería interesante ver si la presencia del tiburón tigre está afectando la abundancia y distribución del tiburón punta blanca, por ejemplo”, manifestó Zanella.
Otra observación realizada por los buzos es que, desde que están los tigres, ya casi no hay tiburones martillo.
En lo que coinciden todos es en que esta especie es oportunista; es decir, se alimenta de lo que más abunda en el lugar.
Lo cierto es que hace 30 años sí se tenía reporte de esta especie en la isla. ¿Por qué se fue? “Probablemente por la pesca”, dijo Golfín.
“Hay que recordar que hace 30 años los pescadores llegaban hasta las bahías. Puede ser que la población que había fuera exterminada y ahora estén llegando nuevos individuos que forman una nueva población”, dijo Zanella.
Sin embargo, este escualo no es ajeno a las aguas costarricenses: los biólogos de Misión Tiburón han marcado varios tiburones tigre en el golfo Dulce, donde realizan sus investigaciones.
La pregunta que intriga a científicos y guardaparques es el por qué volvieron. “Aún no sabemos qué fue lo que los atrajo de nuevo a la isla”, sentenció Arauz.