Estoy convencido de que la magia sucede fuera de las zonas de confort. Eso es todo. ¿O hay algo más que decir? Tal vez sí.
Para quien prefiere un poco más de desarrollo, alguien tendría que recomendar algún experto, pues no soy uno de ellos. Sin embargo, por intuición y por convicción, si no me provoca ansiedad, posiblemente la decisión no es lo suficientemente arriesgada. En esa misma línea de pensamiento, o revolotean mariposas en la base del estómago, o no estamos apasionadamente asumiendo una saludable cuota de temeridad para lograr resultados inesperados.
Quien no arriesga no gana, y quien busca paz la encuentra. Es cuestion de preferencias. Dado que la paz interior reside en los márgenes, es importante guardarles en todos los recursos, en lo finaciero como en lo ético y lo moral. Es mejor ir con margen a una cita, pues una presa podría agregarnos presión innecesaria si no salimos temprano. Así, el margen financiero es clave cuando un gasto inesperado exige recursos extraordinarios.
Sin embargo, o salimos de las zonas de confort o no vamos a encontrar la tierra prometida para la innovación, de las nuevas experiencias, de la expansión personal, esa que se gesta en la exploración fuera de los caminos convencionales.
Así que bueno, como bien lo dijo don Pepe, la única manera de hacer las cosas es haciéndolas. Te anticipo que nos irá mejor fuera de las zonas de confort.
En serio. Lo creo porque nada es imposible.