En la cima del mundo hay un país, su nombre es Nepal. Sus apellidos pobreza e inestabilidad.
Siete de cada diez personas ya vivían con menos de ¢1.100 al día, antes del terremoto que dejó al menos 7.500 muertos. Además, desde 2008 las fuerzas políticas no han logrado ponerse de acuerdo para aprobar una constitución tras el fin de la monarquía.
En Nepal, según la ONU, el 41% de la población sufre pobreza multidimensional (índice que identifica carencias en salud, educación y estándares de vida) y el Producto Interno Bruto por persona es solo de $694 (unos ¢370.000), o sea unas 15 veces menor que el de Costa Rica y unas 76 veces menor que el de los Estados Unidos.
El promedio de años que permanecen las personas en el sistema educativo es solo de 3,24, el 42,6% de la población adulta es analfabeta y solo tres de cada diez nepalíes concluyen la secundaria.
A esos números, que recuerdan que Nepal ya vivía una tremenda crisis social antes del terremoto, se suma una débil estructura económica en que el 70% de la población se dedica a la agricultura (especialmente como actividad de subsistencia), graves problemas de abastecimiento eléctrico (se presentan varios apagones al día) y una alta vulnerabilidad ante el cambio climático, debido a que sus glaciares se están derritiendo a una velocidad preocupante, haciendo crecer los lagos y amenazando con posibles inundaciones.
Sufrimiento femenino. Las condiciones sociales son aún peores para las mujeres, ya que —como producto de una sociedad patriarcal organizada en castas— sufren discriminación en todos los ámbitos.
Según AP, en diferentes pueblos de Nepal las mujeres y niñas son las encargadas de cargar el peso de las canastas llenas de manzanas, sacos de arroz y otros alimentos, mientras que los hombres y los niños caminan sin transportar ninguna carga. Además, los hombres comen primero, dejando las sobras para las mujeres.
Las mujeres también padecen violaciones, malos tratos y acusaciones de brujería, según explica la activista en asuntos de género Bandana Sharma, a la agencia EFE.
"Las indigentes ancianas son acusadas de brujería y sometidas a violencia porque en nuestra cultura, sobre todo en el sur de Nepal, existe la tradición de atribuir las desgracias a la acción de alguna bruja", dijo Sharma.
En el caso de las violaciones, la policía no siempre investiga las denuncias. Además, muchas mujeres violadas no se atreven a hablar porque piensan que "es su culpa".
Política convulsa. En lo político, las últimas dos décadas trajeron grandes cambios para Nepal. Siendo el más importante el fin de la monarquía de los Shah en 2008, tras permanecer 240 años en el poder.
El final de la monarquía llegó tras una cruel guerra civil de 10 años en la que se enfrentó la insurgencia maoísta (buscaban instaurar una república popular en Nepal) contra los Shah. El conflicto causó unas 15.000 muertes.
La lucha se cerró con un acuerdo de paz que incluyó a los maoístas en la vida política y desembocó en la convocatoria de una Asamblea Constituyente con el objetivo de diseñar el "nuevo" Nepal. Sin embargo, siete años después (y con la elección de otra Asamblea en noviembre de 2013) la constitución sigue sin ver la luz.
La división territorial es la mayor dificultad para llegar a un acuerdo, ya que los maoístas sostienen que el país se debe dividir en diez estados con base en identidades étnicas —para darle respuesta a las diferencias que han marginado históricamente a algunas zonas del país—, mientras que la coalición gobernante propone crear entre seis y siete provincias, bajo criterios geográficos.
También se propuso la división de Nepal en 14 provincias, nueve de ellas bajo criterios étnicos, pero esa opción fue recibida con protestas en las calles, ya que varios grupos se sentían discriminados. Por: Gustavo Arias Retana.