De Vladimir Putin se pueden decir muchas cosas: que tiene 15 años en el poder, que vacaciona en la tundra, que odia a los homosexuales...que está bombardeando Siria.
También se puede decir que ha logrado que la política exterior rusa se asemeje cada vez más a él. "El oso ruso no le pide permiso a nadie", dijo en 2014.
Prueba de esto es el caso sirio. Rusia detuvo, en primera instancia, una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para intervenir en el país de Medio Oriente, luego evitó que los Estados Unidos atacara al presidente Bashar al-Asad por el uso de armas químicas y con los recientes bombardeos demuestra que no le tiembla la mano a la hora de defender a su aliado en la región (Asad).LEA: Grupos yihadistas en Siria amenazan con atacar a Rusia
Su participación activa en Siria es una muestra más del renacer internacional de las posiciones rusas.
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A lo interno, Putin también se impone —con posiciones cercanas al autoritarismo— en temas como el ataque a la homosexualidad, la defensa de la moralidad (por ejemplo en el caso de las Pussy Riot) y la persecución a sus opositores.
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Desde la caída de la URSS, la exrepública soviética está buscando recuperar su poderío internacional y los rusos piensan que Putin lo puede lograr (cuenta con una popularidad del 87%), esto sin importar que siga sin solucionar la debilidad de la moneda, la desigualdad y demás problemas internos que parecen volverse secundarios.
¿Por qué bombardea Siria? por poder, por influencia regional, por recursos...pero sobre todo porque es el "oso ruso", ese que no tiene que pedirle "permiso a nadie". Por: Gustavo Arias R.