En la casa de Jeb Bush se habla español. La conexión del aspirante republicano con la comunidad latina se debe en parte al matrimonio que mantiene desde hace 41 años con Columba Garnica Gallo, una mexicana proveniente del estado de Guanajuato. Incluso, en el 2009 se declaró "hispano" en un registro electoral. También vivió dos años en su juventud en Venezuela y fue gobernador de Florida (1999-2007), un estado con mucha influencia latinoamericana.
Bush nació en Texas hace 62 años y presume de su fluido español también en las actividades políticas. Una de sus últimas intervenciones la hizo justamente en la presentación oficial de su candidatura a mediados de junio. "Jeb! 2016", fue la frase repetida en los carteles que adornadaban la sala del Miami Dade College. Sí, solo Jeb. Sin apellido.
Fue el primero de los republicanos en anunciar que exploraba una candidatura en noviembre del año pasado y mantiene el título de favorito entre los (hasta ahora) 14 aspirantes del partido que están en la carrera por la Casa Blanca para las elecciones que se llevarán a cabo en noviembre del 2016.
Su linaje político lo traiciona. Es hijo y hermano de expresidentes. Su padre George H. W. Bush gobernó entre 1989 y 1993, mientras que su hermano George W. Bush lo hizo desde el 2001 hasta el 2009.
Sin embargo, prefiere desmarcarse por completo de las decisiones que ellos tomaron en la Casa Blanca, asociadas a la crisis económica y las fallidas guerras en Irak y Afganistán. "Quiero a mi hermano y a mi padre. Admiro su servicio a la nación y las decisiones políticas que tuvieron que tomar. Pero yo soy mi propio hombre. Y mis opiniones están condicionadas por mi propio pensamiento y mis propias experiencias", dijo en su primer discurso.
La línea que caracteriza a Jeb Bush es conservadora, pragmática y moderada. Una de sus principales iniciativas es impulsar una reforma migratoria que vele por la igualdad entre los hispanos. Rechaza el matrimonio entre personas del mismo sexo y ha criticado las decisiones políticas del presidente Barack Obama con respecto a Cuba.
Le gusta sentirse cercano. Cuando fue gobernador abrió la dirección de correo electrónico jeb@jeb.org para comunicarse con asesores, políticos, amigos y ciudadanos. Calcula que pasaba cerca de 30 horas a la semana respondiendo correos. Es su forma más común de mantener contacto con las demás personas.
El camino de cualquier aspirante presidencial está lleno de desafíos. Por ahora, Jeb Bush deberá encontrar la fórmula para continuar como favorito entre los republicanos, para darse a conocer más, aunque en Estados Unidos no sea un desconocido, y para seguir siendo él mismo: solo Jeb.
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