La ambientalista Berta Cáceres fue asesinada este jueves en Honduras. La Policía afirma que fue por un robo, pero su familia tiene claro que las razones apuntan hacia otra dirección.
Cáceres, coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) y ganadora del premio Goldman, lideraba la lucha contra la construcción de la represa hidroeléctrica de Agua Zarca en el río Gualcarque, departamento de Santa Bárbara, noroeste de Honduras.
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El proyecto, que en un inicio contaba con el financiamiento del Banco Mundial y de la compañía china Sinohydro, amenazaba con dejar sin agua a cientos de nativos lenca, etnia a la que pertenecía Cáceres.
"Nos consideramos custodios de la naturaleza, de la tierra, y sobre todo de los ríos. La represa de Agua Zarca hubiera significado desplazamientos y hubiera impedido a la comunidad desarrollar sus actividades agrícolas. No solo se privatiza el río sino varios kilómetros a la redonda", dijo la ambientalista en una entrevista con la BBC en abril del 2015.
Cáceres, que tenía cuatro hijos, recibió por su oposición al proyecto múltiples amenazas y vio cómo varios compañeros de lucha fueron asesinados.
La lucha de Cáceres contra la represa arrancó en el 2006 y tuvo sus momentos más tensos en el 2013, cuando el pueblo lenca comenzó con el bloqueo de carreteras para impedir el ingreso de maquinaria a la zona. Esa estrategia se empleó por alrededor de un año. Tres líderes indígenas fueron asesinados durante la lucha.
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"Había presencia y hostigamiento militar, policial, guardias privados, sicarios. Incluso la policía hizo acciones en que apuntó los cañones de sus fusiles a las cabezas de niños y niñas y ancianos", dijo Cáceres en su entrevista con BBC.
Finalmente, la campaña encabezada por Cáceres logró que Sinohydro y la Corporación Financiera Internacional (entidad del Banco Mundial) abandonaran el proyecto, que actualmente se encuentra detenido.
Honduras contra los ambientalistas. Durante el 2014, según la organización Global Witness, Honduras fue el país que registró más asesinatos per cápita de defensores del ambiente en todo el mundo, con 12. Del 2002 al 2014 fueron asesinados 111 ambientalistas.
"Los defensores hondureños que denuncian problemas ambientales e instruyen a los ciudadanos acerca de sus derechos a la tierra y a los alimentos han sido calificados de miembros de la resistencia, guerrilleros, terroristas, opositores políticos o delincuentes", explica la antigua Relatora Especial de la ONU sobre la situación de los defensores de los derechos humanos Margaret Sekaggya en un informe de Global Witness.
La mayoría de conflictos están relacionados con proyectos hidroeléctricos y mineros. Por: Gustavo Arias