Cuatro volcanes de nuestra hermosa Cordillera Volcánica Central fueron vistos en sentido noroeste-sureste desde un avión. Tal y como atraviesa a Costa Rica el principal eje montañoso desde Guanacaste hasta el transfronterizo Parque Internacional La Amistad, en la Cordillera de Talamanca, mayoritariamente, en la provincia de Limón.
La fotografía fue capturada por la doctora Laura Barboza Rodríguez poco antes de las 7 de la manaña del pasado jueves 20 de abril durante un vuelo hacia los Estados Unidos. Por la posición geográfica, el avión se encontraba sobrevolando los alrededores del Parque Nacional Juan Castro Blanco y/o Ciudad Quesada.
Se aprecian plumas en dos de ellos: la del Poás, en primer plano (punto A) y la del Turrialba en segundo plano (punto B).
En medio de ellos, se observa el Barva (punto C), el tercero de estos edificios volcánicos.
Destaca el de mayor altitud del país: el Irazú (punto D), a la derecha del Turrialba.
Arriba a la izquierda se percibe la costa caribeña de Limón (círculo celeste).
Al fondo, en medio del macizo Irazú-Turrialba, se logra observar una montaña de considerable elevación (punto E, en verde).
"¿Será aquello el Chirripó?", me preguntaba cuando publicaba esta foto en el Instagram de La Nación.
Pues no. Consulté a mi compañero, Édgar Méndez, acerca de tal elevación geográfica. Él es profesional en Sistemas de Información Geográfica y Teledetección. Así que los siguientes datos son muy precisos y se acercan mucho a la realidad.
– "Édgar, ayudame con esta montaña que se ve al fondo, ¿la ves? ¿Será el Chirripó?", pregunté.
– "Vamos a buscarla en la computadora", me dijo.
Se trata de la Fila de Matama, la cual está ubicada 33 kilómetros al suroeste de puerto Limón, o 42 km al noreste del Parque Nacional Chirripó. Ambas, en distacia ortogonal.
– "¿Ortogonal? ¿Qué es eso?", seguía consultando.
Básicamente, es en línea recta de un punto a otro sobre el aire: sin el relieve de la zona. O como cuando uno pasa una línea sobre un mapa.
Con respecto a esta imagen, la Fila de Matama se aleja 122 kilómetros al sureste del volcán Poás.
– "¡Qué chivas las nubes!", dije.
– "La altitud aproximada de la parte superior del techo de las nubes es de 2050 msnm", me dijo el geógrafo.
Pues sí, muy bonitas. Parecen un manto que cubre la mayor parte de la Gran Área Metropolitana. Y sobre él, aparecen imponentes estas formaciones para posar ante el lente de la doctora Barboza, quien muy amablemente compartió con La Nación el momento capturado.
"Costa Rica tiene más de 200 focos volcánicos, algunos extintos, otros dormidos y al menos siete están activos", dice la Red Sismológica Nacional (RSN UCR-ICE) en su sitio web.
En nuestra historia reciente, se recuerdan varias erupciones de suma importancia.
El volcán alajuelense tuvo la suya entre 1953 y 1955.
El Irazú empezó a hacer de las suyas en 1963, mismo año en que nos visitó el presidente estadounidense John F. Kennedy. No se detuvieron sino hasta 1965.
Como si se tratara de un evento deportivo de importancia mundial, la RSN nos recuerda a "Arenal 1968".
Durante la década de los noventa, la atención se la llevó el guanacasteco Rincón de la Vieja.
Antes de esta actividad del Poás, en 2017, se recuerda al volcán Turrialba, el cual inició en octubre de 2014 y se mantiene más que vivo hasta la actualidad.
Medios de comunicación, autoridades relacionadas con estos comportamientos de la naturaleza y la población viven en 2017 atentos a lo que ocurre en dos volcanes ubicados en el interior de este pequeño país.
No olvide seguirme en Instagram. Ahora uso dos cuentas.
Lea más de este blog:
San José y golfo de Nicoya vistos al mismo tiempo en atardecer
Productos ticos que sirven para 'mochilear' fuera y dentro de casa
Nueva oferta gastronómica en Cartago (Parte I)
A pie, en bici, en carro y en tren: de lo que les estaré contando en Costa Rica