National Geographic News Las sustancias químicas que quedaron atrapadas en el hielo durante décadas están ahora siendo liberadas a medida que los cambios climáticos derriten los glaciares antárticos, según informan los investigadores.
Los químicos, incluyendo el pesticida DDT, están rezumando en el ecosistema polar y encontrando su camino hacia poblaciones de animales.
Los científicos hicieron este descubrimiento cuando estudiaban los niveles de contaminantes en la grasa y los huevos de los pingüinos adelies.
El DDT ha estado prohibido o severamente restringido desde la década del setenta porque se demostró que, junto con otros compuestos orgánicos volátiles, causaban enfermedades reproductivas en los animales.
En los pájaros, por ejemplo, el DDT se descompone en DDE, que puede bloquear la absorción del calcio.
Eso causa que los pájaros pongan huevos con cáscaras más delgadas. Los científicos esperaban encontrar niveles más bajos de esos pesticidas en los pingüinos.
“Nos sorprendió descubrir que los niveles no habían declinado, sino que se habían estabilizado”, dijo Heidi Geisz, una investigadora del Instituto de Ciencias Marinas, en Virginia, Estados Unidos.
Más aún: una pequeña cantidad de la sustancia química no había sido todavía descompuesta por el metabolismo del animal. Eso sugiere entonces que una fuente fresca de DDT estaba llegando a los intestinos de los pingüinos.
Atrapado en el hielo. Para resolver el misterio, Geisz y sus colegas se dieron a la tarea de buscar los senderos que los contaminantes habrían recorrido.
Como sus primos, los pingüinos emperadores, los adelies no migran fuera del Antártica. Por esa razón, los pájaros debían estar encontrando contaminantes en zonas locales.
Geisz primero midió el medio ambiente para DDT de África, donde el pesticida todavía es usado en algunos países para eliminar los mosquitos portadores de malaria.
El DDT se evapora fácilmente en la atmósfera, y las corrientes de aire lo arrastran hacia los polos. Allí el aire se condensa y deja caer su contenido como lluvia. Pero, cuando Geisz chequeó el aire, la superficie del agua y muestras de nieve con el fin de encontrar DDT, todos los exámenes dieron resultados negativos.
Por lo tanto, dice Geisz, “el único lugar que quedaba con niveles perceptibles de DDT era el hielo derretido de los glaciares”.
Su equipo descubrió que durante la época de los setentas, cuando el uso del DDT estaba muy extendido, este fue arrastrado por el aire hacia los polos, quedando atrapado en el hielo glacial.
Como resultado del calentamiento global de la atmósfera, el cual hace derretir los glaciares a una velocidad récord, los productos químicos con décadas de antigüedad estaban siendo liberados en el ecosistema.
¿Cuánto DDT hay en el hielo? Geisz y su equipo estiman que la cantidad de DDT que liberan los glaciares es de entre dos y ocho libras (uno a cuatro kilos) por año. Esa cantidad no causaría efectos dañinos en los albatros, unas aves oceánicas de notable tamaño.
Sin embargo, se ignora si el derretimiento ha alcanzado los principales depósitos de DDT.
Birgit Braune es una científica de la agencia del medio ambiente de Canadá que estudia los contaminantes en los albatros del Ártico. “Básicamente, (el equipo de Geisz) comparó los nuevos datos recogidos con otros más antiguos”, dijo Braune. Aunque se han registrado cambios en la metodología, “ellos se han tomado mucho trabajo para reconocer y encarar todos los factores confusos”.
Geisz señaló que planea ahora estudiar un conjunto completo de productos orgánicos en los pingüinos adelies y comparar sus resultados con lo ocurrido con albatros antárticos que emigran en el invierno. © 2008 National Geographic Society