Las personas que compran medicamentos por Internet o en farmacias sin registro sanitario corren el riesgo de obtener un producto falsificado que no sea eficaz o que incluso perjudique su salud.
Así lo alertó ayer Paul Seligman, representante en Costa Rica de la Federación de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), en una conferencia realizada en el XIV Congreso Farmacéutico Nacional.
Según él, el 50% de los fármacos vendidos por Internet son falsos y pueden traer consecuencias graves e incluso la muerte, o no tener ningún beneficio.
“Es una epidemia mundial. En Internet hay muchísimos medicamentos falsos, especialmente para tratar la impotencia sexual como viagra o levitra, o el lipitor, que es para pacientes con colesterol alto. Si una persona los consume puede retroceder en su enfermedad porque el medicamento no tiene la dosis suficiente o incluso morir por intoxicaciones”, advirtió.
Las autoridades nacionales no tienen datos sobre cuánto se consumen los medicamentos falsos. Por su parte, la Comisión de Productos Falsificados del Ministerio de Salud solo ha recibido tres denuncias de medicamentos falsos este año. Las denuncias generalmente son por medicamentos caros o difíciles de conseguir, como fármacos para tratar el cáncer o la hipertensión.
“No es normal que la gente denuncie este tipo de productos ya que existe un desconocimiento por parte de la población para detectarlos, y generalmente las falsificaciones son casi idénticas a los originales”, explicó Guiselle Rodríguez, coordinadora de la Comisión costarricense.
Las pastillas contra la impotencia sexual como viagra, cialis o levitra son las más comunes en el mercado de Internet. Una búsqueda rápida en línea ofrece hasta 15.000 sitios de venta de viagra, 13.000 de cialis y 11.180 de levitra.
¿Por qué ocurre esto? Para la fiscala del Colegio de Farmacéuticos, Lorena Quirós, el desconocimiento y las ganas de ahorrarse dinero motivan a los consumidores a comprar por Internet.
“Hay pastillas que pueden costar ¢20.000 o ¢30.000 y representan una inversión de hasta ¢400.000 al año. Versiones falsas de estos mismos medicamentos se encuentran por Internet por unos $10 (¢5.000), por lo que muchos prefieren traerlas por Internet, sin saber la amenaza que significa para su salud”, dijo Quirós.
Y añadió: “Incluso, hay lugares en línea que ofrecen vacunas contra la gripe y se las llevan a su casa, cuando una vacuna debe mantenerse en temperaturas muy bajas para poder mantenerse bien”.
“Ya se presentó a la Asamblea Legislativa un proyecto de ley para que la falsificación de medicamentos sea un delito y se pene con cárcel. No puede jugarse con la salud de los pacientes”, recalcó la experta Rodríguez.
El ministerio de Salud, la FDA y el Colegio de Farmacéuticos también trabajan en un reglamento para sancionar a quienes distribuyen estos productos. Además, se prepara una campaña para informar al público de los peligros que existen al comprar tratamientos médicos en Internet o en farmacias que no cuenten con permisos sanitarios.
“Es un asunto de la seguridad de los pacientes. No puede solventarse con multas; falsificar medicamentos es un delito que requiere cárcel”, concluyó Quirós.