Verse con tiempo libre en las manos es, para muchas personas, una bendición caída del cielo. No obstante, para otras, es más bien todo un suplicio.
Esta es la verdad para quienes no saben qué hacer con el tiempo libre al pensionarse, renunciar o ser despedidos de su trabajo.
Cierto. La idea de no agradecer un periodo de descanso le parecerá descabellada a algunos (especialmente a los abrumados de trabajo), pero tener una agenda totalmente vacía puede ser tan frustrante como carecer de tiempo hasta para respirar, reconocen Chris Manolis y James Roberts, investigadores de las universidades de Xavier y Baylor en Estados Unidos.
Estos científicos determinaron que es necesario también aprender a administrar el tiempo de ocio para que este no afecte el estado de ánimo de las personas pensionadas o desempleadas.
Y es que el manejo asertivo de las horas resulta especialmente importante cuando los individuos se enfrentan, voluntaria o involuntariamente, con cambios repentinos y dramáticos del ritmo de vida cotidiana, como pasar de un horario de oficina a no tener ninguna responsabilidad diaria o una rutina establecida.
Mantenerse ocupado resulta vital para que los días libres no resulten abrumadores y no se le desplome el ánimo.
“Al principio, se ve que estas personas (desempleados o pensionados) se levantan tarde y están nada más en la casa, básicamente en nada. Esa es una etapa, pero, una vez que pasa, hay que retomar la rutina de la vida cotidiana”, dijo la trabajadora social y gerontóloga Marisol Rapso.
Tips. Llenar el día con actividades periódicas, rodearse de personas que sean de su agrado y aprovechar el tiempo para trabajar en mejorar capacidades o habilidades, son consejos en los que coinciden los especialistas.
Sobre el primero, un estudio de varias universidades de Taiwán, publicado en la revista Applied Research in Quality of Life , encontró que administrar el tiempo es clave para mantener buena calidad de vida cuando se está desempleado o jubilado.
Para Rapso, establecer una rutina diaria es la respuesta contra la ansiedad y el malestar que experimentan quienes tienen mucho tiempo libre y no saben qué hacer con él.
“Si bien no será una agenda tan ajetreada o acelerada, esto le dará cierta estructura al día a día. Además, y al ser uno mismo quien la construye, permitirá alcanzar metas personales e involucrarse en proyectos que le sigan dando sentido a la vida”, apunta.
“Hay que tener regularidad en esta etapa. Llevar una rutina de alimentación adecuada, actividad física, ocuparse en algo, porque si la persona se dedica solo a ver televisión y dormir, gana peso, pierde movilidad, y eventualmente puede llegar a deprimirse”, añadió Rapso.
Sobre el segundo punto, un análisis de la universidad estadounidense de Stanford determinó que el estado de ánimo también puede verse afectado por la falta de contacto con otros.
“Las personas desempleadas o pensionadas experimentan mayor felicidad durante los fines de semana que de lunes a viernes. En general, el bienestar emocional sube un 15% al llegar el fin de semana y se refleja en un sentimiento de felicidad, así como menos estrés, enojo y tristeza, debido a que se pasa rodeado de familia y amigos.
”El lunes afloran sentimientos negativos relacionados con el tradicional estrés de la vuelta a la oficina”, indica el reporte.
Finalmente, el tercer consejo es invertir en el crecimiento personal. “Si uno decide involucrarse en proyectos, estudiar algo nuevo, montarse un negocio propio o algo por el estilo, no se cae en esa sensación de soledad”, aconseja la gerontóloga.
Luego de renunciar o de ser despedido, es momento de pulir aquellas características que lo harán más atractivo para futuros empleadores.
El sitio de emprendimiento YoungUpstarts aconseja, por ejemplo, actualizar la hoja de vida y aprovechar el tiempo llevando cursos, haciendo voluntariado e iniciando proyectos propios.
Estas actividades mejorarán el currículo a la hora de salir en busca de empleo.
Cambiar el trajín de las mañanas por la meditación y la introspección también puede ser de mucho beneficio. Únase a un grupo de yoga, asista a talleres de desarrollo personal y participe en proyectos de ayuda social; esas son inversiones que se reflejarán tanto en usted como en quienes lo rodean.
“La manera en que se vaya a sentir ante la situación nueva depende de su actitud. Tiene que haber un reacomodo en su rutina, se deben saber retomar las riendas”, apunta Rapso.