“Se me inflamaba el estómago y me dolía mucho. Me hicieron una gastroscopia de emergencia y resulté con una úlcera cancerosa y un tumor gástrico”, contó.
Este pulpero no es el único en su familia o en su vecindad con este padecimiento. Cuatro de sus tíos murieron de cáncer gástrico. “Cuando me operaron en el San Juan de Dios me preguntaron que si yo era de San Vito, y cuando les dije que sí, me dijeron que las últimas 10 personas que habían operado de ese cáncer también eran de San Vito”, comentó.
Estudios de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) declararon a Coto Brus como “zona roja” por alta incidencia y mortalidad por cáncer gástrico.
Este el cuarto cantón del país con mayor incidencia del mal, luego de La Unión, Oreamuno y el cantón Central, en la provincia de Cartago.
“Si lo vemos en número de casos, es poco. Son 54 diagnósticos entre el 2000 y el 2004, y 52 muertes entre el 2000 y el 2005, pero Coto Brus tiene muy poca población y esto hace que las tasas sean muy altas”, explicó Melvin Morera, investigador de la CCSS.
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El riesgo es mayor en hombres que en mujeres. Entre el 2000 y el 2004, 40 hombres de Coto Brus desarrollaron el mal contra solo 14 mujeres. “En mi familia todos los que hemos padecido cáncer en el estómago somos hombres. Tengo tres hijas y no han tenido problemas de gastritis o algo así”, dijo Vásquez.
Para Pablo Ortiz, director del Área de Salud de Coto Brus, esto responde a muchos factores, como genética o malos hábitos; también deben analizarse factores ambientales como el suelo o fertilizantes.
El experto señala que –según comentan los vecinos– Coto Brus, Hojancha y la zona de Los Santos tienen altos índices de cáncer de estómago porque se trata de un mismo grupo familiar que migró del cantón guanacasteco hacia ese sector de la provincia de San José y luego, hacia el sur del país. “Si le sumamos malos hábitos y la presencia de la bacteria
“Pero no podemos esperarnos a saber el porqué, hay que actuar ya para detectar estos casos a tiempo y evitar muertes”, añadió.
Los resultados de estos estudios sirvieron como base para que la CCSS diseñara un plan piloto para determinar las características de la enfermedad y detectar temprano lesiones. “Una gastroscopia me salvó la vida. Necesitamos que se hagan más”, dijo Mario Vásquez