Diana Bustamante tiene 25 años y le diagnosticaron la covid-19 hace tres meses. Por su juventud, era difícil pensar que esta enfermedad viral se complicaría y la tendría al borde de la muerte, pero así fue.
La covid-19 le causó neumonía (inflamación en los pulmones) y perforó sus bronquios. Una cirugía realizada por primera vez en Costa Rica en una paciente tan delicada le salvó la vida.
Esta vecina del cantón de Mora, al oeste de San José, comenzó con mucho dolor de cabeza y de cuerpo, fiebre, y, posteriormente, dificultad para respirar, dolor de pecho y mucha tos.
Del Ebáis local la trasladaron de emergencia al Hospital San Juan de Dios, donde estuvo internada durante dos meses.
“Hasta los pulmones me dolían”, contó Bustamante, madre de una niña de seis años.
El primer reto con el que los médicos se enfrentaron fue que el espacio pleural, una cavidad que está en medio de los pulmones y debajo de la pared del tórax, estaba lleno de pus. Esto impedía que los antibióticos funcionaran de manera correcta.
La joven debió someterse a una primera cirugía, la cual era muy riesgosa debido a su estado de salud, pero era la única forma para tratarla.
“Debíamos limpiar el espacio pleural y colocar un drenaje para que toda la infección saliera”, explicó Ricardo Alfaro Pacheco, cirujano torácico que atendió el caso.
El procedimiento demoró 45 minutos y en él participaron dos cirujanos de tórax, un médico anestesiólogo y un profesional en Enfermería.
Sin embargo, ahí no acaban las complicaciones.
“Cuando estábamos limpiando, encontramos la perforación bronquial (similar a una fuga) en el pulmón izquierdo. Tuvimos que actuar lo más pronto posible y sellarla de forma provisional”, recordó.
El neumólogo Juan Antonio Botero añadió: “su pulmón estaba bastante dañado, esa zona quedó similar a una llanta cuando se pincha, y los cirujanos en ese momento no podían cerrar la fuga porque el pulmón estaba muy inflamado”.
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Cirugía ‘pionera’
Para solucionar este problema, los neumólogos sometieron a Bustamante a una segunda cirugía, en la cual le colocaron unos tapones en los bronquios llamados spigots. Esto hizo que la fuga se cerrara por completo.
“Los spigots son como un corcho que colocamos en el bronquio que está alimentando la fuga, con el objetivo de cerrarlo. Si la fuga no se puede corregir la mortalidad es mayor al 90%”, detalló Botero.
Es la primera vez en el país que esta técnica se realiza en un caso tan complejo, producto de la covid-19. Luego de colocar estos dispositivos, la fuga desapareció.
“En el posoperatorio su evolución fue satisfactoria, cada día mejoraba. Verla ahora así de bien, me llena de mucha alegría”, recalcó Alfaro.
Para ambos médicos, esto fue un trabajo muy coordinado con un equipo muy grande de personas desde Radiología, Laboratorio, Enfermería, y anestesia, entre otros.
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En rehabilitación
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Bustamante todavía visita el hospital dos veces por semana.
Ella debe recibir rehabilitación poscovid, pues tiene una condición llamada síndrome de pie caído debido al encamamiento prolongado.
Dicho fenómeno impide a la persona levantar la parte delantera del pie.
Allan Araya Sánchez, terapeuta físico, explicó que en este momento hay 35 pacientes en seguimiento por secuelas del internamiento, debido a la covid-19, en el Hospital San Juan de Dios.
Ellos reciben atención domiciliar, virtual y de consulta externa.
Un médico fisiatra y los fisioterapeutas trabajan en la rehabilitación física de pacientes covid-19 desde que están internados.