Los investigadores Hannia Campos y Rafael Monge coinciden con la nutricionista Nancy Murillo: debemos condimentar las comidas lo más naturalmente posible.
“Hay que volver a la época en que la gente le echaba chile dulce y culantro a todo lo que cocinaba”, dijo Campos.
Monge añade: “Ahora mucha gente se va por condimentos procesados y con preservantes que contienen mucho sodio; esto más bien afecta la salud”.
Para ellos hay consejos fundamentales en cuanto al consumo y preparación de estos alimentos.
Por un lado, recomiendan comer las frutas lo más maduras posibles, pues es cuando las propiedades están más fuertes y pueden aprovecharse mejor.
También piden comer las hojas del apio, usar más condimentos naturales y evitar los procesados y, en el caso del tomate, comerlo más seguido caliente, pues el licopeno, un carotenoide, se absorbe mejor si está cocinado.
Ellos también recomiendan que, si se compran sardinas, se adquieran las que vienen en salsa de tomate, pues la concentración de esta salsa hace que su nivel de antioxidantes sea mayor.
En cuanto al aceite, el que más tocoferoles registró fue el aceite de soya, seguido del de maíz.
“La gente tiene la idea de que la grasa es mala. Siempre se ha dicho que las frituras son algo que hay que evitar. Pero, para freír plátanos y cocinar arroz y frijoles, debemos usar grasa; entonces, lo que hay que hacer es usar una grasa ‘buena’”, manifestó Campos.
Murillo recuerda la importancia de una dieta con muchos colores: “Los colores de cada fruta o verdura indican los nutrientes que proporcionan; cuanto más variados son, los aportes son más”.
“Es el Ministerio de Salud quien debe tomar la batuta y ver cómo estos datos pueden servir para incentivar campañas de educación a la población”, aseguró Monge.
El investigador también comentó que en este momento se realiza una tesis de cómo están los carotenoides en la dieta de los adolescentes.
“Esta información nos ayudará a saber cómo está la salud de nuestros jóvenes y qué hábitos debemos tener para mejorarla”, manifestó Monge.