Con diciembre no solo llegan los aires navideños y los regalos; las cenas de fin de año también cautivan el paladar. Sin embargo, pueden ser un atentado para la salud de quienes no saben poner límites al apetito o al antojo.
Si no se consumen con moderación, los tamales, la pierna de cerdo, el queque de Navidad, los aperitivos y el licor se convierten en aliados del aumento de peso y de problemas gástricos.
“En el peor de los casos, una persona que consume sin control y que repite todas sus porciones, perfectamente puede llegar a consumir las calorías de día y medio en una sola cena navideña (3.000 calorías)”, advirtió la nutricionista Ana Cristina Gutiérrez.
“En realidad, un solo tamal de cerdo ya tiene las calorías de un almuerzo completo”, agregó.
La especialista explicó que el problema es mayor porque las personas no asisten a una sola cena de ese tipo, si no a hasta cuatro o cinco en una sola semana.
Para el endocrinólogo costarricense Alejandro Cob, esos excesos en las cenas de fin de año acarrean problemas estomacales porque el sistema digestivo no está habituado a recibir tanta comida en tan poco tiempo. “Las personas pueden aumentar entre un kilo y un kilo y medio en esta época, y en un año completo tal vez solo bajen la mitad del peso ganado en diciembre”, dijo Cob.
El médico aseguró que lo importante no solo es el aumento de peso sino sus consecuencias.
“Una sola comilona puede causar pancreatitis en las personas que tienen problemas digestivos. Además, al distenderse mucho el estómago, también se producen reflujo y acidez”, añadió.
Por si fuera poco, con la agenda de compromisos, en esta época hay menos tiempo para hacer actividades físicas. Incluso, entre los que sacan el rato para ejercitarse, algunos incurren en el error de verlo como “licencia” para comer más.
“El ejercicio nunca debe convertirse en el remedio para poder comer más calorías; es un medio para estar sano. Es importante hacer ejercicio en esta época si las metas son comenzar el año saludablemente y no subir de peso”, aseveró la nutricionista y entrenadora personal Catalina Miranda.
“Tampoco se trata de esclavizarnos y de no disfrutar de las fiestas pensando en que todo nos hace daño. Si usted tiene una cena en la noche, almuerce ensalada con atún para ir ‘ahorrando’ calorías y tenga una alimentación equilibrada. Si se antoja de postre, cómaselo, pero procure que sea la mitad de la porción”, dijo la experta.
“Trate de evitar las bocas; cada porción puede tener hasta 200 calorías y mucha grasa. Evite el licor ya que por sí solo es fuente alta de calorías. Si toma, prefiera ligar la bebida con agua o bebidas dietéticas”, añadió Catalina Miranda.
La moderación también es necesaria en las actividades físicas. Algunas personas se sienten culpables de sus excesos y tienden a sobreejercitarse sin supervisión.
“Como especialista, no puedo recomendar realizar excesos de ejercicio para quemar las calorías que se comen. Si alguien abusa un día de lo que come, debe cuidar la alimentación en los días siguientes y hacer ejercicio, pero con medida”, señaló Miranda.
Evitar repetir, tomar agua y procurar platos con un 50% de verduras lo harán disfrutar de un fin de año sin secuelas.