El cierre de la planta de fabricación de chips de Intel obliga hoy al Gobierno a buscar opciones para aminorar el hueco que esa decisión dejó en el comercio exterior y en el producto interno bruto (PIB).
La razón es muy sencilla. Por 17 años, Intel creó un efecto especial que dio dinamismo a la exportación de bienes con sello “hecho en Costa Rica”. Hasta octubre, sus circuitos integrados (chips) fueron el bien de mayor peso en la oferta comercial.
Para llenar ese vacío, el Ejecutivo echará mano de los sectores médico, agrícola y de servicios (incluido el turismo), pero sin aplicar nuevas estrategias para impulsar sus ventas.
El Gobierno confía en que esos sectores crecerán por factores externos –como una mayor demanda de productos agrícolas por la baja en el precio del petróleo– y por la llegada de más empresas transnacionales.
Con el cese de la producción de chips, el país perdió casi $1.500 millones, un 17% del total de las exportaciones ($8.800 millones, considerando los primeros nueve meses del 2014).
Para sustituirlos, , bienes claves como los dispositivos médicos y el café, que juntos tienen el peso de Intel (17%), tendrían que crecer al doble.
La compañía californiana también era un gran importador de bienes. De enero a setiembre del 2014, sus compras de materia prima (para fabricar los chips) llegaron a $1.150 millones.
En términos netos (diferencia entre exportaciones e importaciones), Intel dejó a la economía $350 millones, equivalentes al 1% del producto interno bruto (PIB).
Las cifras provienen de un análisis realizado por La Nación con datos del Departamento de Estadística Macroeconómica del Banco Central y la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Compensar aquel faltante del 1% de la producción es vital para el Gobierno porque mantener el crecimiento del PIB evita efectos negativos en el empleo, el consumo y la inversión, opinó el economista Ronulfo Jiménez.
Juego de números. Para amortiguar la caída en la producción, el Ministerio de Comercio Exterior (Comex) apuesta principalmente por el crecimiento de la venta de servicios (incluido el turismo).
La exportación de servicios, que también contempla soporte financiero, se incrementó un 7% entre enero y setiembre del 2014. En contraste, la exportación de bienes (que todavía incluía a Intel) bajó un 1% en igual lapso, según estimaciones de este diario.
El otro sector clave para atenuar el efecto de la salida de la multinacional será el agrícola.
Alex Mora, ministro del Comex, prevé que la piña, el café, los tubérculos y los derivados del azúcar lograrían más ventas por la caída del precio del petróleo.
“Aquello supone una mayor disponibilidad de recursos de parte de los consumidores (internacionales)”, añadió Mora, quien también buscará solucionar los problemas para vender derivados del azúcar a Estados Unidos.
Otra de las apuestas gubernamentales es que se concrete la agenda de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) con el inicio de la operación de cinco empresas médicas más este año. Los implementos para la salud son el segundo gran rubro de exportación del país.
El economista Alberto Franco consideró que llenar el vacío de Intel es un “reto grande” por el peso que tenían los chips en las exportaciones.
Destacó que, para conseguirlo, se debe ir más allá de mantener el crecimiento del sector médico e “impulsar fuertemente” las ventas al exterior de servicios.
Por ello, Franco cuestionó la expectativa del Gobierno en el aporte del sector agrícola.
“El desempeño reciente del sector ha sido pobre. Sus exportaciones apenas crecieron un 2,6% en el 2014 con respecto al año anterior. Las proyecciones de sus líderes son reservadas, a pesar de la mejora en las perspectivas de crecimiento de los Estados Unidos, su principal mercado”, agregó Franco.
Juan Rafael Lizano, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria, comentó que el sector tiene “miles de problemas” para crecer, debido a menos áreas de cultivo y a problemas de tramitomanía. A esto se suman la falta de crédito y el uso de agroquímicos poco competitivos.
Retos. El ministro comentó que el apoyo del Comex para que los exportadores incrementen sus ventas se enfocará primordialmente en agilizar sus trámites.
Esta posición no satisface las expectativas de los empresarios. Laura Bonilla, presidenta de la Cámara de Exportadores, dijo que deben considerarse los altos costos de la luz, los fletes, los combustibles y los agroquímicos.
Jorge Sequeira, director de Cinde, afirmó que urge mejor infraestructura portuaria y más capital humano bilingüe para dinamizar la venta en el mercado externo de bienes y servicios.