Walldorf, Baden-Würrtemberg. Alicia Machado desfiló con una minifalda electrizante por la pasarela del futbol costarricense.
La venezolana acudió al último entrenamiento de la Selección antes de viajar a Múnich, y le bastó un poco de picardía para robarle todo el protagonismo a los futbolistas.
La Miss Universo 1996 trabaja para la cadena mexicana Televisa como encargada de hacer el periodismo más rosa y liviano de todo el hemisferio occidental.
Aunque intentó ponerse el falso traje de entrevistadora, todo la delata como exreina de belleza: la uñas infinitas, los tacones de vértigo, el maquillaje barroco y los anteojos oscuros de vedette, que no se quitó nunca.
Le coqueteó a los jugadores con preguntas cargadas de doble sentido. También le hizo ojitos a los periodistas, mientras un camarógrafo se encargaba de grabar los silbidos y aplausos que anunciaban el paso de Machado.
Al principio pocos la reconocieron, aunque es muy famosa en nuestro país por sus numerosos escándalos y por las pastillas de bajar peso que promociona constantemente en televisión.
Luego todos supieron quién era. Y comenzó el alboroto.
Al que no le hizo nada de gracia fue al jefe de misión de Costa Rica, Milton Castro. "Esto va a distraer el entrenamiento", sentenció con el ceño bien fruncido.
Castro se paró en la línea de cal para asegurarse de que Alicia no profanara el sagrado campo de entrenamiento.
Los agentes de seguridad también la mantuvieron a distancia, aunque uno de ellos se permitió hacerle una fotografía.
Luego de hacer su trabajo, Alicia se cambió de ropa y como cualquier periodista se dedicó a comentar con sus compañeros la calidad de las entrevistas. Quizás la de la minifalda y los tacones haya sido solo un personaje.