Los Medias Rojas de Boston, apoyados en un bateo oportuno y en el abridor Curt Schilling, que lanzó seis capítulos con solidez, consiguieron anoche su segunda victoria consecutiva en el “clásico de otoño” de las Grandes Ligas, al imponerse por 6-2 a los Cardenales de San Luis.
Boston, que esperó 18 años para estar presente nuevamente en una Serie Mundial, que no ganan desde 1918, tomaron una buena ventaja (2-0) en la serie a siete partidos ante los Cardenales, que continuará mañana en el Busch Stadium de la ciudad de San Luis (6.30 p. m. hora tica).
Schilling (1-0), que estuvo a punto de perderse la postemporada por una lesión en el tobillo, volvió a trabajar de gran manera, silenciando casi por completo a la toletería de los Cardenales.
El derecho de 37 años, concedió cuatro imparables y una carrera, regaló un sólo boleto y ponchó a cuatro cardenales.
“En estos momentos no me importa mucho la condición de mi tobillo”, comentó Schilling.
“Lo realmente importante es que conseguimos un nuevo triunfo que nos acerca un poco más al objetivo que todos perseguimos desde que comenzamos la presente temporada”, agregó.
Racimo
Las dos primeras carreras de los Medias Rojas fueron impulsadas por el receptor Jason Varitek, al disparar un triple con dos outs en la pizarra y con dos hombres en circulación, en la parte baja de la primer episodio.
El segunda base Mark Bellhorn explotó en el ataque de Boston en el cuarto capítulo, al conectar un doblete con dos hombres en base, para aumentar más la ventaja de los Medias Rojas, que se había visto reducida a tan sólo una carrera hasta ese momento.
En la sexta entrada, el paracorto colombiano Orlando Cabrera despachó un sencillo por el jardín central con el que impulsó la quinta y sexta carreras.
La derrota fue para el abridor Matt Morris (0-1), que lanzando por primera vez en su carrera con tan sólo tres días de descanso, no pudo hacer el trabajo, al tolerar cuatro inatrapables y cuatro carreras, en cuatro capítulos y un tercio de labor.