El estadounidense Lance Armstrong aseguró que se encuentra “fuerte” ante el reto que comienza hoy, aunque precisó que prefiere ir “al día” y no obsesionarse con el sexto triunfo consecutivo, “ya que en tres semanas pueden pasar muchas cosas, incluso perder”.
“Me siento fuerte después de tres semanas de trabajo intensivo que necesitaba tras la Dauphiné, pero no quiero hablar de convertirme en una leyenda ni desgastar esa palabra. Ser una leyenda entra en otra dimensión diferente a ganar seis Tours”, dijo.
Armstrong se mostró prudente a la hora de hablar de sus posibilidades de alcanzar el título que la historia ha negado a otros grandes mitos.
El ciclista tejano, de 32 años, señaló al alemán Jan Ullrich como rival número uno y recordó “su impresionante vuelta al ciclismo” en el 2003.
“Está mejor preparado que nunca y será mi enemigo principal, pero detrás de el hay otros candidatos como Ibán Mayo, Hamilton o Basso. Será el Tour más duro”.
Armstrong destacó que el recorrido presentará las mayores dificultades en la última semana, por lo que consideró prescindible comenzar el Tour al 100 por ciento de forma. “Hay que tratar de estar fresco en la tercera semana, que es cuando comienza la carrera de verdad”, advirtió.
Sobre las acusaciones de dopaje reflejadas en el libro “L.A Confidencial” no abundó en el asunto, pero aseguró que “cuando se hacen acusaciones tan graves hacen falta pruebas concluyentes”.
Ayer Armstrong perdió la apelación del proceso que había iniciado contra los autores y el editor del libro que lo acusa de dopaje.