Cualquier aficionado tico desearía revivir aquellos momentos de gloria de la pasada Copa América, cuando el equipo Tricolor prodigó fulgores en la primera fase y avanzó a cuartos de final.
Solo que esta vez el recuento de haberes parece no dar para tanto. El entrenador, Jorge Luis Pinto, apenas está familiarizándose con el grupo, luego de su abrupta llegada al banquillo en reemplazo de Steve Sampson.
Y aunque la base es la misma que Sampson venía utilizando, con Pinto hay un borrón y cuenta nueva táctico que todavía no pasa de la pizarra a la cancha.
Precisamente, el colombiano pretende utilizar esta Copa América como un laboratorio de cara a la eliminatoria de la Concacaf.
Es más o menos lo mismo que pretenden hacer otras selecciones. Solo que en el caso costarricense este ensayo urge. Por el intempestivo cambio de entrenador y porque el inicio de la cuadrangular está a menos de dos meses.
Para complicar más las cosas, la Tricolor resiente dos ausencias enormes: Paulo César Wanchope y Gilberto Martínez, sus jugadores más internacionales.
Ambos habían solicitado permiso desde hace mucho tiempo para realizar la pretemporada con sus respectivos equipos. Los dos fueron figuras de peso en la pasada Copa América, y Wanchope incluso estuvo dentro del equipo ideal del torneo.
Tampoco estará Froylán Ledezma, quien le provocó un disgusto a Pinto en su primer día de entrenamiento al no acudir a esta convocatoria.
Sin embargo, lo de Ledezma resultó ser un “malentendido” y su campo quedó bien guardado para la cuadrangular.
El resto del equipo sí parece estar completo, aunque algunos titulares no están en su mejor forma física, según recientes pruebas médicas hechas en la Selección.
Meta
Tomando en cuenta ese listado de carencias, la meta no debe estar muy alta para los ticos.
Pero tampoco se puede retroceder a 1997, la primera participación costarricense en la Copa, cuando solo se cosechó un empate y dos goleadas en contra.
Sin embargo, resulta difícil pensar en una gesta como la de hace tres años. En aquella oportunidad se le ganó a Honduras y a Bolivia (estos últimos con una lujosa goleada), y se le empató a Uruguay en la primera fase.
En cuartos de final los charrúas derrotaron a Costa Rica, pero quedó la sensación de que en el equipo tico estuvo mucho de lo bueno que se pudo ver en Colombia 2001.
Para seguir participando en el torneo continental será necesario impresionar con más actuaciones de peso. Y esta vez el grupo es más difícil, con Paraguay, Brasil y Chile, pese a los equipos remendados que los tres presentarán.
Por eso, el listón parece estar más bajo para Costa Rica esta vez: con amalgamar la idea de Pinto y salir sin muchos raspones de esta Copa, el objetivo estará cumplido para los nuestros.