Saitama, Japón. Estados Unidos cumplió ayer de nuevo con su papel de favorito en el Mundial de baloncesto de Japón al imponerse a una Alemania que se hundió en la segunda parte, y se medirá mañana contra Grecia por un lugar en la final.
Los estadounidenses no estuvieron brillantes, y por ejemplo encestaron solo el 25 por ciento de sus lanzamientos libres (10 de 40), pero aun así derrotaron a los germanos por 85-65.
La clave estuvo en los 48 rebotes, 22 de ellos ofensivos, que recogieron los estadounidenses, por 34 de los alemanes, que además cometieron 24 pérdidas de balón.
El partido fue muy igualado hasta el descanso, al que se llegó con solo ventaja de un punto (40-39) para los astros de la NBA. Pero la férrea defensa alemana se acabó en el tercer cuarto, en el que los norteamericanos marcaron un decisivo parcial de 16-2 que los puso 60-45 con 1:53 minutos para el final del cuarto.
Los estadounidenses también se emplearon con fuerza para frenar al líder de Alemania, Dirk Nowitzki. La estrella de los Mavericks de Dallas se quedó en 15 puntos, con solo tres canastas en juego de 12 intentos.
El cerrojo sobre Nowitzki requería que otros alemanes pasaran al primer plano, pero solo Ademola Okulaja superó los 10 puntos.
“Los alemanes nos crearon muchos problemas en la primera mitad”, reconoció el entrenador estadounidense, Mike Krzyzewsk, que tuvo a Carmelo Anthony como su mejor hombre con 19 puntos.
Nowitzki era consciente tras el choque que su equipo echó en falta una mayor aportación por su parte. “Siento no haber podido ayudar a mi equipo a ganar. Simplemente nunca encontré mi ritmo”, agregó.
El próximo rival de los estadounidenses promete presentar más alternativas ofensivas. Grecia, el campeón vigente de Europa, tuvo a cinco jugadores en dobles figuras para vencer a Francia por 73 a 56.
Dimitris Diamantidis fue el jugador más completo sobre el parquet del Saitama Super Arena con 13 puntos, ocho rebotes y cinco asistencias, mientra Vasilis Spanoulis y Sofoklis Schortsanitis agregó 10.