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la sabana. La palabra “derrota” no aparece en el diccionario del equipo femenino de baloncesto de San José desde hace seis años en Juegos Nacionales.
Las josefinas ya no recuerdan la sensación que genera el perder, luego de llegar ayer a 24 triunfos al hilo en las últimas cinco justas. Incluso, el último revés para ellas se dio en Alajuela 2010, frente a Goicoechea, cuando la mayoría de las integrantes del plantel actual aún no participaban.
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En estos Juegos, ya están en semifinales, tras vencer a Cañas 89-46, a Goicoechea 78-50, a Jiménez 66-34 y a Pérez Zeledón 85-13.
Cuatro oros de forma consecutiva hacen que el ganar sea un estilo de vida para estas atletas, quienes acaban por ser temidas por muchas de sus rivales, producto de la presión asfixiante que realizan desde la salida, la agresividad para marcar, el juego colectivo y la precisión detrás de la línea de tres puntos.
“Es un equipo sumamente difícil, muy fuerte, ordenado y trabajado. Tienen un entrenador muy inteligente y una rotación increíble”, dijo Owen Amén, técnico de las generaleñas.
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Pese a que no encuentran oponente, las josefinas no son conformistas y, por el contrario, siguen mostrando hambre de triunfo.
“Nuestro objetivo es llegar a la mayor cantidad de triunfos que podamos para que quede en la historia del país como uno de los mejores procesos. En todos los Juegos, nuestro objetivo es el oro”, señaló Rebeca Retana, jugadora de San José.
Hoy buscarán meterse a la final ante San Carlos, en el Gimnasio Nacional, para intentar aspirar al pentacampeonato.
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Sin embargo, surge la interrogante: ¿por qué tanto dominio?
El técnico Pablo Martínez afirma que todo se debe a la dedicación que tienen, ya que entrenan cinco veces a la semana con sesiones dobles y la gran mayoría de las muchachas está en el mismo colegio y cuenta con becas, lo que les permite que sea mayor la dedicación.
“Todas las chicas son estudiantes, pero se entrenan hasta dos veces más que el resto de equipos. Practicamos algunos días a las 6 a. m., otros a las 8 p. m. y ese es el secreto. Están en el Colegio Seminario o en la UCR y también tenemos ese apoyo”, señaló.
Otro aspecto en el que sacan ventaja es un sistema de rotación que ideó el timonel.
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“Buscamos mantener un ritmo muy acelerado todo el juego. Cada minuto y medio, hacemos cambios de cinco en cinco para tener piernas frescas los 40 minutos”, agregó el entrenador.
El reto que se lanzan las josefinas es dominar al menos hasta el 2020. Ahora les tocará demostrar que se olvidaron por completo de lo que significa la palabra “perder” en estas justas. Colaboraron Kenneth Meléndez y David Castillo
