Como suele pasar en estas historias, todo comienza con una bicicleta. La que hoy tiene a Andrey Amador Bikkazakova participando en las principales competencias mundiales de ciclismo, se la regalaron sus papás en un intento por lograr que su hijo ganara el sexto grado.
Ese fue el origen de una carrera que hasta ahora tiene como punto culminante la maglia rosa en la etapa 13 del Giro de Italia 2016. La camiseta del líder.
La carrera se inició a los 13 años cuando el menor de los tres hijos de Rodolfo y Raisa empezó a competir, motivado por aquel regalo que buscaba salvar su prestigio escolar.
Este 29 de mayo, Andrey y su equipo Movistar finalizarán la edición número 100 del Giro de Italia, en la que su nombre aparece registrado en el top 10, junto a corredores de Holanda, Rusia, Colombia y España.
Entre el regalo de sus padres y este último Giro, tuvieron que pasar varios miles de kilómetros de fuertes entrenamientos, competencias y separación de la familia para cumplir sus metas y llenar de orgullo al país.
Hoy, Amador es el mejor ciclista costarricense y centroamericano de todos los tiempos, y el único que ha participado en las tres vueltas más importantes del mundo: el Giro (Italia), el Tour (Francia), y la Vuelta (España).
‘Capo’ tico
54:05:50. Ese fue el tiempo que lo convirtió en líder del Giro de Italia el 20 de mayo de 2016, cuando atravesó la meta en Cividale del Friuli.
Los 170 kilómetros entre Palmanova y Cividale del Friuli, con predominio de montaña --que no era su fuerte, por cierto--, lo vistieron de rosa en la etapa 13 del Giro.
“De verdad que eso siempre será inolvidable para mí. De pequeño, me sentaba frente al televisor a ver estas carreras y yo me decía que quería estar ahí. Ser líder de una grande es algo que siempre soñé, se logró y se lo dedico a Costa Rica”, dijo Amador en una entrevista, el 24 de mayo del 2016.
Ya un año antes, los expertos en este deporte lo habían pronosticado: el 2016 sería un gran año para Amador.
Lo sacaron por la víspera: en el 2015, quedó cuarto en la clasificación general de esa competencia --superado por Alberto Contador, Mikel Landa y Fabio Aru--, así que lo que venía tendría que ser mucho mejor.
“(...) el ciclismo costarricense se mete entre las 24 naciones que alguna vez han visto el nombre de uno de sus hijos en lo más alto de la clasificación general en la ronda italiana. Es, además, el tercer país de América, detrás de Estados Unidos y de los escarabajos colombianos”, consignó este diario.
Amador acumula nueve temporadas en las grandes ligas del ciclismo, con cinco ediciones del Giro (2010, 2012, 2014, 2015 y 2016); dos Tour de Francia (2011 y 2013) y dos Vueltas a España (2014 y 2015).
Foco de homenajes, dentro y fuera del país, el chiquillo a quien una bicicleta no solo lo impulsó a ganar sexto grado sino que lo llevó hasta el podio del Giro, vive su vida con la mayor naturalidad.
Ramonense de origen, pasa sus vacaciones en su país natal aunque tiene su base de operaciones en Barcelona, España.
Es en su tierra donde aprovecha para desconectarse, echar un poco de carnes tras los intensos entrenamientos de la ‘temporada laboral’, y disfruta del sol y la playa, en donde tiene un apartamento para su solaz.
Cuentan las crónicas deportivas que Amador no logró con el Cerro de la Muerte, en la Vuelta a Costa Rica 2005. Pero esa es hoy solo una anécdota.