Michael Schumacher, aquel hombre con estudios de mecánica que se convirtió en el más grande piloto de Fórmula Uno, está muy cerca de finalizar una carrera repleta de acelerones y frenazos.
El pasado domingo, tras ganar con su Ferrari en Monza, Italia, el germano se ubicó a dos puntos del español Fernando Alonso (Renault), quien suma 168 unidades.
Pero, lo más importante fue que Schumi anunció su retiro definitivo del automovilismo, cerrando así el capítulo más impresionante de cualquier corredor.
La grandeza de Michael Schumacher no solo se resume en sus siete títulos de F-1, sino en las otras 22 marcas que impuso en sus 16 temporadas dentro de la clase mayor del automovilismo.
De sus números destaca tener el récord de más carreras ganadas, con 90, además de que cuenta con la mayor cantidad de pole positions , con 68, y más victorias en una misma temporada, con 13. Además, es el que tiene más temporadas consecutivas con victorias, con 15, mayor número de podios, 153, y más cantidad de podios consecutivos, con 19 (2001-2002).
Amado por muchos, pero también criticado, Schumi es un témpano cuando las situaciones se complican, y hubo ocasiones en que su afán de victoria le llevó a realizar maniobras de riesgo.
Una de estas fue en 1994, cuando eliminó al británico Damon Hill (Williams Renault) en Australia tras una colisión que a la postre le dio su primer título.
Schumi , quien corría para Benetton, intentó repetir esto en 1997 contra el canadiense Jacques Villeneuve (Williams Renault), en Jerez, pero fracasó pues la Federación Internacional de Automovilismo lo descalificó.
“Schumacher dejará una carrera de leyenda, pero también llena de controversias”, publicó ayer el diario español El País .
Por su parte, el diario italiano La Gazzeta dello Sport escribió “Danke Schumi” (“Gracias Schumi”, en alemán).
“Es una leyenda controvertida sobre la que se discutirá durante años, pero nunca hubo un campeón más completo que él”.
Se debe recordar que en Italia, casa matriz de Ferrari, desconfiaban del germano debido a que este nunca aprendió a hablar italiano.
El rotativo británico The Times , por su parte, lo define como “simplemente el mejor”.
Un perfeccionista. El gusto por las carreras le llegó muy temprano a Schumi , ya que su padre administraba una pista de kartismo en Kerpen, cerca de Colonia, donde nació el piloto un 3 de enero de 1969.
Su magia no solo está en el manejo, sino también en la forma cómo prepara las carreras.
Según escribe el especialista Joan Villadelprat, en El País , “lo que más impresionó de Schumacher fue su capacidad de trabajo”.
Villadelprat era el director deportivo de Benetton cuando el alemán llegó ahí en 1991.
Los conductores que finalizaban las pruebas agotados se acabaron con Schumacher; “ahora todos son cuadrados, musculosos”.
Coincidencias de la vida hicieron que fuera el italiano Flavio Briatore, hoy jefe de Renault, quien trasladara a Schumi de Jordan, con el que debutó en la F-1, a Benetton.
“La primera vez que se subió a un Benetton fue en Silvestone (Australia), la pista estaba húmeda... dio cuatro vueltas y comenzó a marcar mejores tiempos que un tal Nelson Piquet, entonces campeón mundial”, recuerda Villadelprat.
Para este trabajo se utilizó información de las agencias DPA, AP y Reuters, y del periódico español El País.