El escolta argentino Emanuel Manu Ginóbili vio junto con el resto de sus compañeros como los Sixers de Filadelfia llegaron el sábado al SBC Center para derrotar 83-77 a los Spurs de San Antonio y romperles una racha de 13 triunfos consecutivos, la mejor en lo que va del torneo.
Esta vez ni el alero estrella Tim Duncan ni el base francés Tony Parker y mucho menos Ginóbili, lesionado en el primer cuarto, pudieron surgir como los salvadores que evitasen la derrota.
Ginóbili sufrió un tirón en la parte baja de la espalda y tuvo que dejar el campo con solo siete minutos de juego, una baja que iba a ser decisiva para los Spurs.
El escolta argentino había sido hasta entonces el mejor encestador del equipo con cinco puntos (dos de tres tiros de campo, incluido un triple), pero el tirón le generó dolor y le impidió tener buena movilidad, por lo que salió.
La lesión
“Fue un giro que hice para intentar robar un balón, sentí el tirón en la espalda y ya no me pude recuperar porque me dolía”, declaró Ginóbili. “No creo que sea nada grave y el doctor del equipo dijo que tendría que ver cómo evoluciona en las próximas horas”.
Ginóbili reconoció que el equipo no había hecho su mejor partido, especialmente en el ataque, pero que los Sixers, a pesar de no tener a su estrella Allen Iverson, jugaron un gran baloncesto de equipo con el veterano Derrick Coleman y Eric Snow de líderes.
“Con un 38 por ciento de acierto en los tiros de campo es muy difícil ganar a un rival de la clase de los Sixers”, valoró Ginóbili. “Tim (Duncan) no pudo encontrar su ritmo de cara a la canasta y tampoco el resto de los compañeros pudimos ayudarle demasiado”.
Duncan se quedó con solo 11 puntos y falló 10 de 13 tiros de personal, algo que nunca le había sucedido desde que llegó a la NBA.
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