Río de Janeiro, 1 jul (EFE).- El fracaso del Flamengo en la final de la Copa do Brasil, que conquistó anoche el Santo André, un modesto y hasta ahora desconocido equipo de la segunda división, hoy ha colmado de felicidad a los hinchas de el Fluminense, el Botafogo y el Vasco da Gama, sus más enconados rivales en Río de Janeiro.
Para celebrar la sorprendente victoria del Santo André por 2-0 ante 70.000 seguidores del Flamengo en el mítico estadio Maracaná, los hinchas del Vasco da Gama celebraron hoy una misa.
Y la iglesia escogida fue, precisamente la de Santo André, localizada en Sao Cristovao, el populoso barrio donde el Vasco da Gama tiene su fortín.
La pintoresca reacción de los hinchas del Vasco constituye una "venganza" contra la actitud que sus pares del Flamengo asumieron en 1998, tras la final de la Copa Intercontinental de Clubes conquistada por el Real Madrid.
El conjunto español derrotó por 2-1 al Vasco da Gama y tras el resultado las principales calles de Río de Janeiro fueron ocupadas por centenas de automóviles cubiertos con pancartas que decían "Torcida Fla-Madrid".
La efímera barra constituía una adhesión de los seguidores del Flamengo a la causa del Real Madrid.
El Santo André y el Flamengo habían empatado 2-2 en el partido de ida de la Copa do Brasil, disputado en Sao Paulo, y anoche un empate hasta por 1-1 bastaba al conjunto carioca para alzarse con su sexto título.
Pero el jugador brasileño Elvis, que nació como un homenaje de sus padres a Presley, el rey del rock and roll, "resucitó" en pleno estadio Maracaná al Santo André y lo clasificó para la Copa Libertadores de 2005 gracias a un pase y un gol suyos.
El Santo André, del municipio industrial del mismo nombre, a 25 kilómetros de Sao Paulo, conquistó el torneo más importante del país después del Campeonato Brasileño al derrotar a domicilio al equipo con más hinchas en el país del fútbol: unos 40 millones, pero que naufraga en una de sus más severa crisis.
Durante el primer tiempo el Santo André prácticamente maniató a los jugadores del Flamengo y en el segundo tiempo decretó el milagro en dos jugadas espectaculares de Elvis, un ex jugador del Quilmes argentino que dice tener en el balón y la guitarra eléctrica a dos de sus más fuertes pasiones.
Elvis cobró un córner a los 52 minutos que Sandro Gaúcho capitalizó en buena forma para establecer el 1-0.
Y a los 67 el mismo Elvis se anticipó a un pase cruzado de Osmar y dejó al meta Julio César con la obligación de recoger el balón por segunda vez en el fondo de la red.
La mayoría de los 70.000 aficionados que acompañaron al Flamengo abandonaron el mítico estadio poco después del gol de Elvis y los que permanecieron en las tribunas se dedicaron a insultar a sus jugadores y, después, dieron la espalda a la cancha, hasta cuando el árbitro terminó el encuentro.
Pésima fin de noche para el Flamengo, penúltimo en la clasificación general del Campeonato Brasileño, que componen 24 equipos.
El Campeonato Brasileño condena a los cuatro peores equipos de la temporada a la segunda división y el Flamengo es un serio candidato, junto con el Botafogo, el Paysandú y el Corinthians. EFE
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