“Todo es cuestión de mucha práctica porque de lo contrario se pierde esa sensibilidad que se debe tener. En México aprendí mucho de tiros libres con Rubén Omar Romano: me enseñó cómo poner la pelota, cómo pararme y cómo pegarle mejor. A Monterrey le hice un golazo, cuando jugaba con los Tecos hace año y medio. Pero aún no hice el mejor gol de mi carrera... ese está por venir”.