–¿Qué podemos esperar de esta Copa América?
–Bueno, hay que esperar a ver con cuáles objetivos llega cada equipo. En todo caso, pienso que a los jugadores hay que pararlos un mes antes, para que lleguen bien.
“Pero hay muchos intereses, y los clubes no quieren cederlos. Así que si algún equipo llega con figuras, pero están mal físicamente, no le irá bien”.
–¿Quiénes son sus favoritos?
–Argentina trae un buen equipo, y para algunos de sus jugadores este torneo es importante porque tienen que ganarse el puesto.
“La exigencia es diferente para Brasil, es campeón del mundo y deberá defender su título en Alemania. No viene a buscar nada. Uruguay viene a ver si encuentra su equipo, muy golpeado por las eliminatorias. Y México viene bien”.
–¿El factor cansancio será determinante?
–Claro, ya a mí me pasó en dos Copas América, en 1986 y 1988 (en realidad fueron 1987 y 1989, las que no pudo ganar).
“Pero el torneo está televisado, hay compromisos. Algunos jugadores no quieren venir porque no pueden más”.
–¿Qué espera de Costa Rica?
–La última vez que los vi estuvieron muy bien, con la Copa América del 2001, en Colombia, igual que Honduras. No sé cómo vendrán ahora, pero en aquel momento lo hicieron bien.
–¿Qué nos dice el triunfo de Grecia en la Eurocopa?
–Lo mismo que sospechamos de la Copa América, que los jugadores están mal, y hasta que se arregle eso no vamos a ver buenas Eurocopas, ni Copas América o Mundiales. Lo fundamental es arreglar primero el Mundial.
–¿Qué opina de las críticas a los griegos?
–También criticaban a Estudiantes, y quedó campeón varios años seguidos. Ahí está Boca, y el Once Caldas, que juega como jugábamos hace 20 años, con solo un punta. No pasa de mitad de cancha, pero quedó campeón y Manizales no durmió en cuatro noches. Si gana es porque juega bien.
–Finalmente, ¿ha tenido contacto con Diego Maradona, luego de sus recientes problemas de salud?
–Sí, estuvimos con él. Por ahí hay un grupo fuerte que siempre lo acompaña, con Brown, Giusti, el Negro Enrique, Pumpido, Ruggieri. Él está peleando, es muy fuerte, pero está peleando contra algo que es duro también.