Federer, defensor del título, dominaba al francés Sebastien Grosjean por 6-2, 6-3, 4-3 y servicio del galo, cuando el juego se interrumpió por segunda y última vez. Mientras, Roddick vencía al croata Mario Ancic, por 6-4 y 4-3, cuando el juez árbitro del torneo, Alan Mills, decretó la cancelación.
Fue un día de paraguas de nuevo en Wimbledon, que hoy, si el tiempo no lo impide, tiene programada la final femenina entre la estadounidense Serena Williams y la rusa Maria Sharapova, y la reanudación de dos semifinales varoniles.
Las primeras graves preocupaciones comienzan a surgir, y se recuerda que hace tres años la final masculina, entonces entre el croata Goran Ivanisevic y el australiano Patrick Rafter, tuvo que disputarse un día lunes.
La primera suspensión se produjo cuando Federer dominaba a Grosjean por 3-2 y 40-30 y servicio, después de solo 22 minutos de juego. Cuatro horas y 35 minutos después, tras varios intentos inútiles de levantar las lonas, se reanudó el juego, que no pudo acabarse.
La otra semifinal entre Roddick y Ancic estaba prevista en principio para después del duelo entre Federer y Grosjean en la cancha Central, pero ante la amenaza de lluvia y el tiempo de espera, la organizació optó por trasladarlo a la Pista Uno.
Pero tras 68 minutos, el juego se canceló irremediablemente.