Nadie podría describir al futbol costarricense sin subrayar la incapacidad para convertir las buenas jugadas en goles.
Y Puntarenas fue ayer una magnífica muestra del futbol tico.
Cinco o seis, quizá ocho acercamientos al marco rival resultaron inútiles para incidir en el marcador.
Lo vio el técnico Fernando Sosa, quien ya dirige a los chuchequeros pero en los juegos debe ver la acción desde fuera del banquillo, por haber dirigido ya en este torneo al Brujas, el mismo cuadro que enfrentó ayer.
Contó que al ver cómo Becerra y Alpízar fallaron dos jugadas claras, le dijo a su asistente algo como “oye, esto se nos va a complicar”.
Y Sosa resultó ser profeta para sus pupilos.
Porque después Sandro Alfaro erró un tiro de penal y dejó abierto el portón para el triunfo del Brujas.
“Físicamente el equipo está muy bien, pero lo que he podido hacer es poco. Nos comportamos bien hoy, pero las situaciones de gol las desaprovechamos y de nada sirvieron hoy.
“Hay que trabajar la parte de definición, pero quiero resaltar que hoy jugamos un buen partido”, dijo Sosa, quien se apresuró a descalificar los nombres como “venganza” que se dieron a su encuentro de ayer.
También tendrá que ver enlaces, pequeñas sociedades y el manejo de la línea de cuatro. Él lo sabe y sus pupilos también. Todo está en que se note en las redes.