Alejandro Morera Soto, conocido como el Mago del balón , ha sido para muchos que lo vieron jugar el mejor futbolista costarricense de todos los tiempos. Un breve repaso por su historial así lo confirma
Rodrigo Calvo Castro Redactor de La Nación
Nacimiento:
14 de julio de 1909, en Alajuela.
Fallecimiento:
26 de marzo de 1995, en Alajuela.
Familia:
Sus padres, Juan Morera Miranda y Eufemia Soto Soto (fallecidos). Alejandro era el mayor de una familia de cinco hermanos: Alicia, Carlos (fallecido), Carmen (fallecida), María Ester y Luz María. Casado en 1937 con Julia Pacheco Pérez. Tuvo una hija, Jenny Morera Pacheco (fallecida), y cinco nietos.
Trayectoria deportiva:
Liga Deportiva Alajuelense (1925-27, 1928-32 y 1936-47), Centro Gallego de Cuba (1928), Barcelona de España (1933-35), Hércules de Alicante ñEspañañ (1935-36), Le Havre de Francia (1936) y la Selección Nacional de Costa Rica (1938, 1942 y 1943). Se retiró de la actividad deportiva en 1952.
Títulos obtenidos:
Ganador de la Copa Armada en Cuba, con el Centro Gallego (1928). Campeón de Primera División, con L. D. Alajuelense (1928 y 1939). Ganador de la Copa Argentor, con la Liga (1928). Campeón de Cataluña, con el Barcelona (1934-35). Medalla de plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe (1938). Campeón goleador de Costa Rica ñ23 dianasñ, con Alajuelense (1939). Y como director técnico llevó a Costa Rica al cetro regional (1941) y a la Liga al campeonato local (1945).
Otras actividades.
Se dedicó a la agricultura por muchos años, en su propia finca de Carrizal de Alajuela. Diputado por Alajuela durante la administración de Mario Echandi (1958-62). Luego fue gobernador y ejecutivo municipal de Alajuela (1966-70). El estadio rojinegro fue bautizado con su nombre, el 19 de marzo de 1970.
Distinciones:
Ingresó en 1969 a la Galería Costarricense del Deporte. Elegido en 1998 futbolista costarricense del siglo, según la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Fútbol, con sede en Wiesbaden, Alemania.
Cara y cruz
Momentos cumbres:
La contratación en el fútbol español y el gol que le anotó a Ricardo Divino Zamora, considerado en esa época el mejor arquero del mundo (1933).
Los tres tantos que concretó a la selección olímpica de Brasil, primero con el combinado de Cataluña y luego con el Barcelona (1934).
Cuando reforzó a la Sociedad Gimnástica Española y anotó dos veces en la goleada, 5 a 1, al poderoso equipo estadounidense Hakoah All Stars (1931).
Magros momentos:
El estallido de la Guerra Civil Española, que truncó su ilusión de prolongar su carrera en el fútbol europeo (1936).
Una accidental fractura de la tibia y peroné en una gira a El Salvador con el Herediano, durante un juego amistoso en el que había logrado anotar siete goles (1930).
Maestro y consejero
Un maestro del balón, defensor del juego limpio y artístico, y un personaje altruista. Así fue descrito por compañeros, rivales, técnicos, periodistas, dirigentes y amigos de él, que lo admiraron y respetaron por su exitosa vida deportivaÖ
"Alejandro encarnó el prototipo del deportista, por habilidad, dominio, concepción rápida de la jugada, serenidad, voluntad, singular modestia y noble caballerosidad". Ricardo Saprissa, exjugador, extécnico y exdirigente.
"Alejandro Morera ha sido el más grande futbolista nacional de todos los tiempos". Fernando Naranjo, periodista.
"La prensa nos ponía a pelearÖ Pero Jandro fue un futbolista genial". Rafael Angel Macho Madrigal, exatacante.
"No sólo fue el mejor futbolista, sino el más caballeroso de todos". José Rafael Fello Meza, exdelantero.
"Tuve el honor de jugar con él en las épocas de 1944 a 1947. Fue mi entrenador, amigo y consejero. Lo que fue fui en mi carrera se lo debo a él". Carlos Alvarado, exportero.
"Con su gallardía y habilidad tremenda, escribió páginas que jamás serán opacadas, páginas que entraron en la inmortalidad". Armando Mórux, historiador alajuelense.
Cómo fue su fútbol
Diario de Costa Rica (1927):
"El primer delantero del país. Agil, codicioso, incansable, entusiasta, amo y señor del balón a las mil maravillas, se destaca como una notable juventud batalladora y por su caballerosidad a toda prueba en el campo".
El País, Cuba (1928):
"De los jugadores debutantes, el héroe ha sido Morera, de sólo 18 años, que ha demostrado saber lo que es el fútbol, driblando, pasando y chutando. Por encima de todo, Morera sentó cátedra de fútbol y fue el mejor de los 22".
El Nacional, México (1931):
"El enorme Morera. Se consagró como el mejor jugador que hemos visto. Se anunció como el Mago de la pelota, pero nosotros lo llamaríamos ëAlejandro Magno, emperador del balóní. Su manera de correr la pelota es única. Y sus otras aptitudes lo convierten en una figura mundial de este deporte".
Mundo Deportivo, España (1933):
"El centro delantero Morera dio sobradas pruebas de conocimientos técnicos, harto suficientes para ocupar el sitio que Samatier dejó vacante. Por lo que se ve, Morera se ha ganado al público barcelonista".
La Prensa Libre (1936):
"Alejandro significa toda una epopeya del deporte costarricense. Si ha sido grande en el césped, también lo ha sido en el terreno de la cultura y la caballerosidad, con su fantástica gambeta, nervio, ciencia, coraje y técnica".
Morera pensaba así
Filosofía sana y pura. Integridad moral y pureza humana. Principios que lo llevaron a triunfar en todos los aspectos de la vida:
"Un partido de fútbol es la vida misma. Y es claro: hay emoción, alegría, tristeza, amargura e incertidumbre, en el transcurso de los 90 minutos".
"En un estadio, yo me siento como en un templo sagrado. El que no lo entiende así, cree que uno es menos hombre, porque no recurre a los golpes".
"El fútbol es un arte, pero es tan difícil que el futbolista nace, no se hace. De ahí, el gran reto del técnico como orientador y consejero de la pasta puesta en sus manos".
"El fútbol es inteligencia y capacidad física, fundamentada en el señorío, la caballerosidad y la humildad. Nunca debe ser matonismo, (Ö) porque la vida del ser humano se hizo para servir a los demás".
"El fútbol es la mejor lengua en la que se pueden entender los hombres y la educación, el mejor fundamento para el convivio con los demás. Por ello, a los jugadores debe enseñárseles la forma de cómo comportarse en el campo de juego".
"Antes de cada partido estaba muy optimista: pensaba que ganaría y que metería goles. Este fue siempre mi pensamiento".