La selección portuguesa absoluta, dirigida por el brasileño Luiz Felipe Scolari, logró ayer el pase a la primera final de su historia de un torneo internacional, después de no haber superado las tres semifinales que disputó hasta la fecha.
La gran actuación del centrocampista Luis Figo y los goles de Cristiano Ronaldo y Maniche, abrieron la puerta de la final, privilegio que hasta ahora parecía reservado a las categorías inferiores del futbol portugués, que gozan de merecido prestigio.
En la Eurocopa de Francia en 1984, los portugueses se toparon en semifinales con los anfitriones, dirigidos por el mejor jugador del momento, Michel Platini, que comandó a su selección a la final, que le ganó 2-0 a España.
A pesar de la derrota, Portugal regresó a casa con el “título” de ser el equipo revelación.
Francia y Portugal se volvieron a ver las caras 16 años después, en semifinales de la Eurocopa de Bélgica y Holanda, y los galos les apearon de la final con gol de oro anotado por Zidane.
Portugal, que había asombrado por su buen juego, no contaba que, en la prórroga, una mano en el área del defensa Abel Xabier, les privaría de disputar su primera final.
En el máximo torneo del orbe, la Copa del Mundo, Portugal no ha tenido mejor suerte pues no logró pasar de semifinal.
La única ocasión en la que llegó a las puertas de la final fue en el Mundial de Inglaterra, de 1966, con el mejor jugador portugués de todos los tiempos, Eusebio.
La semifinal, disputada en el estadio de Wembley, se decidió con dos goles de Bobby Charlton, mientras que Eusebio solo pudo anotar uno para Portugal.